El confinamiento está teniendo una serie de consecuencias en diferentes ámbitos. Dentro del trabajo, ERTE. En el universo de las amistades, más distancia que antes. En el ámbito del amor, o te ha tocado cerca de la pareja o te ha tocado lejos, en ambos sentidos la relación puede verse debilitada. Parece ser que era solo cuestión de tiempo que empezaran a aparecer las rupturas. Si has tenido que convivir con tu pareja y el amor desaparece, ¿qué puedes hacer? En este caso dejar a alguien —aunque sea doloroso y complicado porque debéis permanecer en el mismo espacio— al menos puedes hacerlo cara a cara. Sin embargo, las rupturas más masivas se están haciendo ahora por videollamadas, esto ha hecho que nazca una nueva palabra: zumping.
Si existe algo que ha quedado claro en esta cuarentena es que la mayor interacción con otras personas se realiza a través de Zoom. De ahí nace esta palabra, concretamente de la unión de Zoom y dumping que vendría a significar en español ‘desecho’, aunque también en inglés being dumped significa ‘ser dejado’, así de horrible. Quienes no son capaces de romper con su pareja por videollamada lo hacen a través de mensajes de texto y lo cierto es que esto es mucho peor. De una u otra manera, desde luego se trata de una forma muy fría y dolorosa de dejar a alguien.
Las videollamadas han servido, en algunos casos, para que las parejas distanciadas encuentren una vía para reavivar la llama. De ahí que haya crecido el sexting o el conocido como cibersexo. Un mundo se abrió para que muchas personas exploraran esta parte más desconocida y extendieran sus horizontes en lo respectivo a sexualidad.
La palabra zumping en sí apareció gracias a la periodista Julia Monser. Ella explicó su experiencia en BuzzFeed: “la ruptura fue tan humillante como cabría esperar. Siento que merezco un trofeo por anticiparlo y prepararme mentalmente para manejarlo con tanta compostura como lo hice durante la llamada, así como por prepararme físicamente: me puse un poco de base, un poco de máscara de pestañas y hasta un poco de pintalabios antes de la llamada en sí. No quería que lo último que viera antes de que me dejara fueran mis mejillas rojas manchadas y mis pestañas pelirrojas tristes, extrañas e invisibles”, explica la autora.
Monser explica que no es una bonita experiencia ponerte a llorar delante de la cámara mientras tu pareja te observa en silencio: "¿cómo se le pone fin a una situación tan incómoda como esta?". Peor aún es cuando tienes que colgar porque no queda nada más que decir. La soledad vuelve a ti como un balde de agua fría, porque si estás pasando el confinamiento sin compañía tampoco puedes esperar a que tus amigxs vengan a animarte con una botella de vino y anécdotas divertidas en las que, al final, acabarás llorando y buscando consuelo como lo haría cualquiera en una situación como esta. La autora también cuenta esta parte: el desahogo del dolor y la rabia también tuvo que hacerla a través de Zoom con su hermana y sus amigas.
Si te ves en una situación como esta y te han hecho zumping solo puedes esperar a que el tiempo cure tus heridas y quizás te alivie pensar que todo esto es un mal menor si lo comparas con la situación actual que estamos viviendo.
