Deja de sobreanalizar tu relación y serás más feliz

Los pequeños detalles no siempre tienen un significado, aunque tú te puedas montar una peli con solo un emoji

#

Emma envió un emoji de corazón triste porque el chico con el que lleva un mes quedando le dijo que no le gustaba su peli favorita. ¿Cuál es la reacción normal a eso? Pues corazones rotos, claro. Se entiende que ella lo envió de broma, que no quería romper ni nada, que eran un sinónimo de "jooo". Pues después de enviárselo, estuvo horas sin saber nada de él, ni respondió, ni cambió de tema, ni siguió el juego, nada.

Ella se montó una película: ¿se lo habrá tomado como que le he dejado? ¿Como que no quiero saber nada más de él? ¿Pensará que si nuestras películas favoritas no son las mismas somos incompatibles? Una olla descomunal que, después de una rayada de horas y de mirar el móvil, ver que estaba en línea y que no respondía, la obligó a enviar un mensaje para asegurarse de que estaban bien: “Este es un mensaje que no tiene más sentido que decir que espero que hayas tenido un buen día. El sábado parece muy lejano, pero mañana es martes, que es básicamente a mitad de semana, así que cada vez más cerca del finde. De todos modos, hola, hola”.

En cuanto lo envió se arrepintió: “¿fue demasiado? ¿Suena desesperado? ¿Estoy loca? ¿Me ha dado una neurosis o qué?”, empezó a preguntarse, analizando por qué estaba rayada y aun así notaba que era una tontería y que estaba actuando como una estúpida. Y, como recuerda en Cosmopolitan, ni es la primera vez, ni está sola. De hecho, le pasa a muchas personas, seguro que a tú también has pensado alguna vez “¿y qué ha querido decir con eso?”, “¿y ese silencio tan largo?”, “¿por qué ha bostezado, se aburre?”, “ha mencionado a su ex, seguro que sigue enamorado” o, incluso, “si dice eso es porque no le gusto”.

Nos montamos muchas ollas. Sobreanalizamos todo porque necesitamos respuestas constantemente, tenerlo todo controlado y asegurarse de que no nos harán daño, así que vamos con nuestra barrera, buscando significado a todas y cada una de las pequeñas cosas que nos dicen/hacen. Vivimos sobreanalizando: “saltando a conclusiones precipitadas”, añade una psicóloga, consultada por el artículo. Algo que solo se puede describir como paranoia, porque estamos tan enganchados a la comunicación extrema que necesitamos constantemente inputs. Aunque sea haciendo dobles lecturas de emojis, silencios o pausas. Es lo que le pasó a Emma. El chico, como cuenta luego, simplemente había recibido una llamada del trabajo y se pasó toda la mañana a full currando. Ella, mientras, se montó la película y sobreanalizó la situación hasta creer que habían roto.

¿La solución para no caer en estos sobreanálisis? Aceptar que es por culpa de nuestras heridas pasadas y que somos personas que tendemos a montarlos una olla por eso. Una vez lo sepas, intenta calmarte antes de enviar mensajes desesperados o irte a lo peor. Repítete “eres hipersensible, sí, no es malo, simplemente no debes actuar en momentos de ansiedad social”, borra el mensaje y no analices tanto la situación. Hay un meme que dice: “no me ha dejado en visto, es que ha muerto”. La actitud que debes interiorizar es esa, si no actúan como tú esperas… no es tu culpa, es que ha muerto alguien. Y luego, con más calma, intenta resolver si era tu olla o si realmente estaba haciéndote ghosting.