Cuándo deberías plantearte perdonar una infidelidad

Es muy importante que la decisión sea tuya y no esté motivada por sus técnicas de manipulación

Una infidelidad siempre es devastadora cuando estás enamoradx. Es como un maremoto que sin miramientos arrasa con toda tu alegría, tus convicciones, tu confianza y tu autoestima. Es como si te arrancaran algo. Algo que parece imposible de recuperar. No obstante, y como indica la especialista Wendy L. Patrick en un artículo para Psychology Today, la infidelidad “no es el pecado imperdonable” y muchas personas son capaces de encontrar dentro de sí mismas las fuerzas para dar una segunda oportunidad a la persona que ama, a la persona que fue desleal y traicionó su confianza. La pregunta es: ¿está bien ser una de esas personas? La respuesta depende de múltiples factores.

Uno de ellos es tu percepción de la motivación para la reconciliación de tu pareja. ¿Contempla lo que ha hecho como un error fruto de un mal momento que habéis estado viviendo y está decididx a que lo vuestro funcione? ¿O utiliza eso de que estabais mal como justificación y no se muestra verdaderamente comprometidx con vuestro bienestar? En el primer caso, y según investigaciones analizadas por Patrick, puede ser que el perdón sea productivo. En el segundo caso es muy probable que la situación continúe siendo disfuncional o vuelva a ocurrir algo muy similar a lo que tanto daño te ha hecho. Tú le conoces bien. Sabes lo implicadx y arrepentidx que está o no. Tenlo en cuenta.

En una línea muy similar va otro de los factores claves a la hora de decidir si perdonar una infidelidad: la fuerza del vínculo de la pareja. Hay relaciones que no están mal de manera circunstancial, sino que son una especie de páramo emocional o, peor aún, una especie de infierno de sufrimiento, prácticamente desde el principio. Es una disfunción cronificada. En contextos así, quizás el hecho de que haya pasado eso, de que haya estado con otra persona, es la puerta que necesitáis para romper y seguir adelante con vuestras vidas. Es un aspecto que deberías considerar después de una traición de esas características. ¿De verdad merece la pena pasar por todo esto por una relación así?

Por último, y este factor es importantísimo que lo estudies bien, está la fuente de la decisión. Si eres tú, si la otra persona no te ha presionado y has tomado la libre elección de perdonarle, está bien. Sin embargo, en ocasiones el perdón puede venir “impulsado por la persuasión de la parte culpable”. En concreto, algunxs investigadorxs identificaron en este estudio hasta 41 actos de manipulación postinfidelidad, entre los que se incluyen “insistir en que nunca volvería a suceder, enfatizar la importancia de la relación, culpar a la pareja por llevarlos a ser infieles o minimizar la importancia de la aventura”. Que no te coma la cabeza. Si te presiona después de algo así probablemente no merezca tu perdón.