Si crees que quien tira del carro de la relación eres solo tú, deberías romper

Es fundamental trabajar en equipo para no acabar generando una situación desigual que a la larga te perjudicará

Toda relación tiende a empezar con un enamoramiento, un torrente hormonal que provoca esa “adicción” psicológica hacia la persona a la que estás conociendo. Pero, además, también aparecen esas elevadas expectativas de cómo será la relación en un futuro. Esas expectativas no son un problema siempre y cuando las uses solamente para despertar la ilusión. La complicación y el riesgo aparecen cuando, a pesar de que hay señales que te dicen que algo no va bien, no las atiendes y las ocultas con esas expectativas imaginadas.

El esfuerzo que haces para construir una relación es positivo, pero la dificultad aparece cuando este esfuerzo es asimétrico o excesivo en comparación al bienestar de la pareja. La característica de una relación asimétrica es cuando la parte de la pareja que se esfuerza y se sacrifica siempre es la misma, provocando fatiga, agotamiento y sobre todo frustración al sentir que depende solo de tu parte que la relación siga adelante. 

El riesgo de que esto ocurra parte de la idea de valores que tengáis ambas partes de la relación. Si los dos entendéis el sacrificio y el esfuerzo como algo positivo lucharéis en equilibrio y como equipo, pero si es solo uno de los miembros quien lo hace aparecerán situaciones de aprovechamiento y de abuso de poder, generando una dinámica tóxica y un bucle emocional al creer que la relación depende solo de uno.

Pero, ¿qué hace que puedas llegar hasta este punto en ocasiones sin darte cuenta? Seguro que tú o algún amigo tuyo ha dicho en algún momento “no sé cómo he llegado hasta aquí pero no lo pienso permitir en futuras relaciones”. La causa se llama disonancia cognitiva, cuando en tu mente aparecen dos ideas que se contradicen, en este caso la razón de lo que ocurre y las expectativas que te has creado. Normalmente esas expectativas y creencias de lo que puede llegar a ser siempre ganan porque están asociadas a una sensación de bienestar inmediata, en cambio, hacer caso de la razón te hace conectar con la idea de que la relación no funciona y quizás no es lo que te conviene y eso provoca mucho malestar. 

Si te ves reflejadx en lo que estás leyendo el primer paso es atacar esas expectativas identificándolas y entendiéndolas como un autoengaño y un autoboicot porque te provocan bienestar en el momento, pero la base emocional está llena de malestar, soledad, falta de apoyo, etc. No debes olvidar que una relación sana parte de un equilibrio y una igualdad

Si con todo lo expuesto aún no lo tienes claro, quizás leyendo los síntomas más típicos que te indican que debes revisar tu relación te pueden ayudar a reflexionar en qué punto te encuentras con tu pareja. 

- Hábitos tóxicos

- Sensación que la pareja resta en vez de sumar

- Pérdida de los sentimientos, no ves a la otra parte como una pareja 

- La vida sexual es inexistente

- Dinámicas graves a nivel de comunicación

- Falta evidente de compromiso

- Malestar permanente en las rutinas diarias

Si sientes que alguno de los puntos nombrados está en tu relación, el primer paso es reflexionar si quieres luchar y esforzarte para cambiarlo y trabajar en ello, si la respuesta es un no, se llega al final del camino con la ruptura, pero si sientes que sí el siguiente paso es plantearlo a la pareja para ver su punto de vista y su vivencia, porque recuerda que es fundamental trabajar como equipo y en igualdad para evitar caer en una relación asimétrica. Y a partir de aquí es el momento de hablar de cómo afrontarlo, hacer pactos, negociar y buscar ideas claves y concretas para poder mejorar. Si esto se complica ya que en ocasiones puede ser difícil, es el momento de acudir a una terapia de pareja para conseguir encontrar la fórmula para trabajar en aquellos aspectos necesarios.

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