Siempre que se habla de incomodidad en las comidas navideñas se habla de los cuñados. Ya sabes: ese familiar bocazas lleno de frases hechas, de comentarios supuestamente graciosos sin ninguna gracia y de teorías políticas chuflas. Y sí, tener a uno rondando por tus felices navidades es una mierda, pero no es el único ente que puede poner en jaque tu cena de Nochevieja o tu comida de Reyes: también están esas personas a las que solías ver un montón pero que, por cosas del destino, ya no se encuentran entre tu gente. Una amistad que murió por conflictos. Un grupo de colegas del pasado. Un compañero de insti que dejaste atrás. Unas compañeras de trabajo con la que cortaste toda relación.
Puede ser un suplicio. Como explican desde eldiario.es, muchas veces ocurre que las “personalidades divergen tanto que ya no eres capaz de sentarte a charlar como si nada estuviera pasando, a fingir que estás en la misma situación o en el mismo punto vital”. La presencia de esa otra persona, la manera en la que te habla, lo que espera de ti, te recuerdan una versión de ti extinta con la que no te sientes a gusto. Y te ves en la tesitura de mantenerte firme y generar una tensión ambiental brutal o actuar durante unas horas. Si eres una persona extrovertida, el desafío se vuelve un poquito más soportable. Si eres una persona introvertida lo puedes pasar verdaderamente mal.
En este sentido, explica en el citado medio el psicólogo Juan Antonio Román, “este tipo de perfiles pueden buscar tareas para alejarse del grupo y bajar la intensidad o salir de vez en cuando a tomar el aire para calmarse. Cada persona debería buscar sus propias estrategias para lidiar con eso”. Llévalo bien pensado de casa. Ten esa herramienta a mano. El simple hecho de saberla contigo ya aliviará ligeramente tu ansiedad. Además, también debes ir preparadx para dos cuestiones: la comparación y la competitividad. Después de tanto tiempo, es normal que hagáis una evaluación inconsciente de vuestra evolución. Y de ahí al choque ideológico a veces solo hay un paso. O una copa.
”Los individuos que más pueden sufrir en estas reuniones no son los que menos hayan conseguido en la vida, en términos de dinero, familia o éxito profesional, sino aquellos con una baja autoestima”, señalan en dicho artículo. Especialmente si van con la idea de exhibirse, maravillar y llevarse un chute de autoestima. El golpe puede ser tremendo. Así, la recomendación de lxs especialistas es tener expectativas saludables sobre estas reuniones y, muy importante, encontrar dentro de ese grupo a una o dos personas con las que sí siga habiendo feeling para que te sirvan de apoyo. Y si no las hay, si estás en un desierto, coge tu abrigo, póntelo y márchate. Nadie te obliga a pasarlo mal.