Cómo confrontar una conversación difícil

El conflicto siempre da un poco de miedo, pero hay maneras mejores y peores de afrontarlo

Todxs tenemos en cierta medida al conflicto, pero evitarlo nunca es manera de solucionarlo. Si te has peleado con un amigx, con tu pareja o con algún familiar te recomendamos que apliques estas claves para prepararles a tener una conversación difícil. Una confrontación no siempre tiene que acabar mal, al contrario, cuando nos hacemos cada vez más y más mayores el conflicto muchas veces sirve para que nos movamos hacia delante, y para que avancemos a través de conversaciones difíciles con esa persona. Pero ojo, para que estas conversaciones funcionen es necesario respetar ciertas pautas, como elegir el momento y el lugar adecuado para comunicar nuestras necesidades y escuchar atentamente lo que nos dicen.

1. Sé tu propio amigo o amiga

Muchas veces creemos necesitar el apoyo constante de nuestros amigxs cuando nos enfrentamos a una situación peliaguda, pero la realidad es que otras muchas veces nosotros mismxs tenemos la respuesta a una gran parte de las cosas. Háblate como si fueras tu propio mejor amigx y sé sincero con la situación que estás viviendo. ¿Qué es lo que te ha molestado?, ¿cómo crees que se puede solucionar?, ¿qué podrías haber hecho mejor?... Intenta responderte a ti mismx a estas preguntas y contempla con distancia lo sucedido, te ayudará para darle una nueva vuelta.

2. Medita y escribe

Cuando estamos en bucle una buena forma de salir de este es escribir nuestras ideas en un papel. Esta sencilla rutina nos ayuda a poner en orden nuestras ideas y a rebajar el enfado en caliente. Antes de ir a esta conversación “complicada” siéntate frente a un folio y escribe los temas que te interesaría tratar, prepara algunos argumentos y ordena tus ideas. Esta chuleta mental te ayudará para explicarte mejor en el cara a cara, pero intenta tener en cuenta solo un par de las ideas claves que apuntes, al final es una conversación y no un examen, no se trata de que lo digas todo de memoria sin ningún tipo de criterio.

3. Mantén la calma

Parece un consejo odioso al principio, pero es uno de los más útiles que te podemos dar. Lo más común en este tipo de conversaciones es perder los nervios, y cuando esto sucede se crea un efecto cadena horrible en el que ambas partes empezáis a elevar el volumen y comienza el tono de pelea. Para evitar que esto suceda te recomendamos que respires hondo y cuentes hasta tres antes de decir nada de lo que luego te puedas arrepentir.

4. Escucha antes de hablar

Lo último, pero no por ello menos importante, es que vayas a esta conversación con una actitud positiva y con ganas de escuchar. La otra persona seguro que tiene cosas muy importantes que decirte, y si te paras a escuchar es posible que descubras que pensáis lo mismo en algunas cosas. Está bien tener claro qué queremos decir, pero no hace falta hacerlo como un discurso... muchas veces es mucho más útil escuchar que nos dicen y responder según nos sintamos.