‘Coeficiente intelectual de intimidad’ en una pareja: el ingrediente más importante

Puede ser realmente crucial para el éxito de una relación. Te damos las fórmulas para que lo consigas

Estar en mitad de una relación que va bien es maravilloso. Es aún más maravilloso cuando compartís gustos, odios, diversiones, perspectivas sobre la vida, proyectos... En fin, todo eso que completa una relación. Para que este tipo de vínculo funcione, no obstante, tienen que existir también otros factores: seguridad, sinceridad, confianza, empatía... Y, algo que no es muy usual escuchar: el coeficiente intelectual de intimidad (CII), pero ¿qué es exactamente? ¿Por qué es importante y cómo saber si en tu pareja existe? Y si resulta que no, ¿cómo se construye?

Por partes: ¿de qué estamos hablando?

El coeficiente intelectual de intimidad (CII) es un concepto que rara vez se menciona, pero que puede ser crucial para el éxito de una relación. Lo más importante de este concepto es saber que se basa en tres aspectos clave: la cercanía emocional, mental y física entre dos personas. Estos elementos son fundamentales para determinar la profundidad del vínculo y el grado de compromiso que ambas partes están dispuestas a asumir. Pero, ¿qué quiere decir esto?

1. La cercanía emocional:

Este punto se refiere a la capacidad de la pareja a estar presente y disponible para la otra persona de manera psicológica. Esto implica la capacidad de confiar y sentirse segurx en su presencia.

2. La cercanía mental:

En este caso se refiere a la capacidad de compartir pensamientos, ideas y emociones de manera abierta y sincera, que exista la posibilidad de debatir y generar opiniones sin miedo de caer en el conflicto.

3. La cercanía física:

Este tipo de cercanía incluye sentir la capacidad de entregarse sentimentalmente durante la intimidad física, es decir, sentirse segurx y cómodx durante todo el proceso. Poder decir qué necesitas, qué deseas, cómo te gusta...

¿Por qué es importante el CII?

Además de tener en cuenta los puntos anteriores que, por decirlo de una manera sencilla, implican que la relación sea sana, el coeficiente intelectual de intimidad en una relación revela varias cosas de cómo está construida la pareja. En primer lugar puede indicar si ambas partes están dispuestas a comprometerse y a adaptarse por el bien de la relación.

En segundo lugar, también indica si ambas partes están dispuestas a abrirse emocionalmente con la otra persona, es decir, si tienen facilidad y se sienten con la seguridad de mostrarse vulnerables y en tercer lugar, en caso de que lo anterior sea una realidad, también puede indicar el grado de profundidad y conexión que existe entre vosotrxs.

Ahora bien, es necesario también tener en cuenta algo: si tu relación carece de alguno de estos puntos no significa que algo va mal, para nada. Es necesario saber en qué punto está la relación, cómo se encuentra tu pareja en su individualidad (es decir, si sufre ansiedad, si no se siente bien con su trabajo, si tiene problemas familiares o con amigxs etc). Cuando tienes esos datos puedes saber hasta qué punto le puedes exigir algo a tu pareja. Es importante respetar los procesos de cada unx y estar disponible si tú estás en buena situación y tu pareja no.

¿Cómo construirlo si no existe?

Pero claro, ¿qué ocurre si tu pareja está bien individualmente y tú también y todo va sobre ruedas, pero aún así tu no reconoces estos puntos que comentamos? Pues tampoco pasa nada porque existen fórmulas para construir ese coeficiente intelectual de intimidad. Te damos los puntos para conseguirlo:

1. Autoconocimiento: no podrás expresar lo que necesitas y lo que deseas sin conocerte a ti mismx. Piensa y dedica tiempo a tus emociones para poder expresarlas honestamente.

2. Comunicación abierta: para construir este CII es indispensable la comunicación, para lo que sea: contar tus opiniones, hablar de tus emociones...

3. Empatía: es el ingrediente, diríamos, más importante en una relación y si piensas que se repite mucho, seguramente es porque gran parte de las personas no lo saben llevar a cabo bien. No es sencillo ponerse en el lugar de la otra persona, pero si lo haces verás la facilidad que tienes para fortalecer el vínculo.

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4. Compromiso: el camino de una relación lleva implícito el trabajo en equipo y la construcción de metas en conjunto. Cuando esto va bien la chispa íntima crecerá y superar desafíos será más sencillo.

5. Tiempo de calidad: parece que ver una peli juntxs por la noche cada día porque estáis cansadxs y no da para más la energía, ya va bien. La realidad es diferente, intentad dedicar tiempo a estar juntxs en otros ámbitos, haciendo planes distintos, divertidos, improvisados... Siempre que podáis, claro, pero que no desaparezcan esas ganas.

6. Aprendizaje continuo: este punto, last but not least, es importante tenerlo en cuenta. Las cosas no cambiarán de un día para el otro. Hay que estar abiertx a aprender, crecer y adaptarse según vayan sucediendo las cosas. Solamente sabiendo que esto existe, ya es todo un paso.