Así cambia tu cuerpo cuando no practicas sexo

Las sequías de orgasmos implican una pérdida de beneficios muy notables que afectan a varias personas

¿Ya no recuerdas lo que era revolcarse con otra persona y tener un orgasmo espasmódico de esos que hacen que olvides dónde estás durante unos segundos? Pues, además de estar perdiéndote un tornado de placer y diversión, estás privando a tu organismo de ciertos beneficios probados científicamente, tal y como cuentan en un artículo de placer. Unos beneficios aplicables tanto a hombres como a mujeres, el primero de los cuales es una considerable reducción del estrés. En palabras de la neurocientífica Debra Sog, "durante un orgasmo se liberan endorfinas que pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo".

Esa alteración de la composición hormonal de tu organismo, ahora más rica en endorfina, en dopamina y en oxitocina y más pobre en cortisol, la hormona del estrés, tiene muchas otras consecuencias en tu vida más allá del estado de ánimo: dormirás mucho mejor, disfrutarás de una presión arterial más baja y tendrás menos probabilidades de padecer una enfermedad cardíaca. Sin buenos orgasmos, y con más cortisol circulando por tu cuerpo, todos estos beneficios desaparecen, creando un círculo negativo, dado que dormir mal y tener la presión arterial alta generan a su vez otros problemas de salud.

Pero es que sin sexo tu memoria también pierde bastantes puntos. En concreto, y como concluyó un estudio de la Universidad de Konkuk, en Seúl, "la interacción sexual podría ser útil para amortiguar la neurogénesis del hipocampo adulto y la función de memoria de reconocimiento". ¿Podríamos, en una sequía sexual, perder tanta memoria que olvidáramos que llevamos cinco meses sin sexo y agravar las cosas? No es tan exagerado, pero la comunidad científica parece estar de acuerdo en que el sexo, si bien no es necesario para sobrevivir, aumenta el rendimiento fisiológico y la salud general. Estamos hechos para ello.

Y otra prueba incuestionable es nuestro sistema inmunológico. Al parecer, y según una investigación llevada a cabo por los psicólogos Carl Charnetski y Francis Brennan Junior, tener sexo una o dos veces por semana aumenta las concentraciones de inmunoglobulina A, uno de los anticuerpos naturales principales, entre cuyas funciones se encuentra protegernos frente al resfriado común. Así que si andas en una sequía sexual, ya sea voluntaria o involuntaria, intenta mantener esa heredada costumbre coronavírica de llevar mascarilla y lavarte las manos de vez en cuando. Podrías ahorrarte unos días de andar pochx.

Pero detengámonos un momento. Llevamos muchas líneas hablando del sexo como si solo pudiera practicarse con otras personas. Y sí, evidentemente que otro cuerpo te toque genera unas sensaciones más intensas, ya que el sistema de copia eferente de nuestro organismo identifica la fuente que nos toca y, en caso de ser nosxtros mismxs, reduce mucho la sensibilidad. Por eso no podemos autohacernos cosquillas. Pero esto no significa que no podamos darnos placer y, con buena estimulación mental, alcanzar un orgasmo de la ostia. La masturbación es un camino tan válido como cualquier otro para disfrutar los beneficios del sexo.