Nuestra sociedad ha entrado en una nueva era: la del derrumbamiento masivo de estereotipos de género. Y más vale tarde que nunca, ¿no? Pero en mitad de este imparable proceso estamos descubriendo que algunos de los mitos que cargábamos a la espalda no eran tan mitos después de todo. Como la antiquísima idea de que las mujeres ligan más que los hombres. Lejos de ser una invención popular, una tontería más carente de fundamento científico, parece que esta afirmación contiene bastante verdad, según estereotipos llevado a cabo por investigadorxs belgas a partir de datos recopilados por Tinder.
Los resultados son concluyentes: los hombres encuentran atractivas al 60% de las mujeres, mientras que las mujeres encuentran atractivos tan solo al 4,5% de los hombres. No es una pequeña diferencia. No es una realidad que podamos resolver con leves matizaciones. Según esta investigación, basada en el comportamiento de más de 3.600 perfiles de Tinder diferentes, las mujeres son bastante más selectivas que los hombres cuando se trata de hacer swipe en la plataforma. Y, aunque Tinder no es el mundo real, resulta poco consistente que pensemos que es un fenómeno exclusivamente digital. Las razones son más profundas.
Concretamente vinculadas a la seguridad. O esa es una de las teorías formuladas por los psicólogos, de la que se hacen eco en Magnet: "Para las mujeres el sexo es una actividad más arriesgada tanto a nivel físico como en términos de inversión vital, leáse embarazo" y "esto les conduce a mayores cautelas a la hora de elegir pareja". Un fenómeno que tendría un origen biológico. A fin de cuentas, nuestras ancestras mujeres no podían reproducirse nuevamente tras quedar embarazada. Debían pasar nueve meses como mínimo. Los hombres podían reproducirse constantemente. Así, para ellas la calidad sería prioritaria.
Una calidad claramente subjetiva, pero que también escondería algunos parámetros objetivos. Como dicen desde este mismo medio, "las mujeres tienden a buscar a hombres con su mismo nivel de estudios" y esto "genera comportamientos desiguales dado que cada vez hay menos hombres universitarios". Por tanto, estaríamos frente a un fenómeno de raíces biológicas condicionado por cuestiones culturales. Además, también podría mediar un comportamiento reactivo: "las mujeres pueden ser más selectivas porque saben que casi cualquier 'like' o 'superlike' que entreguen resultará en un 'match'".
Por supuesto, esto no quiere decir automáticamente que todos los hombres trabajen la metralleta indiscriminada en Tinder ni que todas las mujeres sean especialmente selectivas. Es una tendencia. Una que, al menos en las aplicaciones de ligue, puede medirse con mucha precisión. Además, y más allá de estadísticas, cada mujer es única y albergará unos motivos de selección subjetiva diferentes. Lo que está claro es que existe una brecha, aunque no queda definido al 100% si es una brecha de atracción o una brecha de actuación. Es decir, si las mujeres encuentran atractivos a menos hombres o requieren un nivel top de atractivo para dar like.