Todxs lo sabemos: cuando nos enamoramos es como si tuviésemos una venda en los ojos. Todo es nuevo, bonito, idílico. Y las hormonas de después del sexo te dejan en un estado de relajación poco compatible con las discusiones. Pero a medida que la relación va mutando, es normal que vayan aflorando los roces. Según los expertos, hay peleas que desgastan la relación. Se refieren a esos encontronazos donde cada uno queda arrinconado en su posición y no hay forma de lograr acuerdos. Aquí te damos consejos para que a pesar de estos choques, podáis entenderos mejor.
Primero, lo más importante es saber identificar y explicar nuestras emociones. Es muy difícil hacer que la otra persona te entienda si no consigues trasladarle lo que sientes con claridad. Una de las técnicas más recomendadas es comunicarte desde lo que tú sientes. Es mucho mejor que atacar a la otra persona con cosas que crees que podría mejorar. Es decir, es más asertivo decir “siento que no me escuchas cuando hablo y eso me duele”, que decir “es que tú nunca me escuchas”.
Regla de oro de las discusiones: no faltes al respeto a tu pareja. Como nos cuentan en Psicología y Mente, existe la tentación de dejarnos llevar por la ira. Eso nos puede hacer decir cosas que realmente no pensamos. Y solo con el objetivo de dañar a nuestra pareja. Pero nunca debemos quitarle importancia a lo que decimos o nos dicen durante una discusión. A pesar de que estemos enfadados, nuestras palabras tienen un efecto en la otra persona y podemos hacerle mucho daño. Eso embrutece las discusiones y puede ser una fuente de reproches en el futuro.
Puede ayudarte mucho reformular lo que la otra persona dice. Es muy común que en las peleas malinterpretemos lo que está diciendo nuestra pareja. Incluso puedes escuchar lo que quieres, y deformar totalmente las palabras del otrx. Para asegurarte de que no haces eso, es una buena técnica reformular lo que te están diciendo para que tu pareja te diga si realmente es eso lo que quería decir.