5 razones que explican por qué tu hermana te entiende mejor que nadie

Te conoce más que nadie y comparte contigo los traumas generacionales

La eterna manía por hacernos competir entre mujeres se ha trasladado muchas veces a las relaciones entre hermanas. Desde pequeñas, hemos crecido en una sociedad que nos comparaba y nos hacía mirarnos como si una fuese el espejo de otra. Pero a pesar de las presiones sociales, no hay mejor amiga que la que puede ser tu hermana. Constantemente lo vemos en famosas: Rosalía y su hermana Pili, las hermanas Vilapuig o las gemelas Olsen. Se apoyan entre ellas, comparten ropa e incluso crean proyectos artísticos en común.

Quizá podríamos empezar por lo obvio: tu hermana te ha visto crecer desde que eras pequeña. Sabe por los cambios por los que has pasado, también los nombres de tus amigas de la infancia, qué ropa vestías y qué canciones bailabas. Seguramente no os lleváis bien desde siempre y cuando erais pequeñas os peleábais por la ropa o por “chivaros” de las maldades de la otra a vuestros padres.

Pero precisamente por eso valoran tanto en quién os habéis convertido ahora. Saben mejor que nadie el esfuerzo que habéis hecho para superar ciertos traumas y llegar hasta dónde estáis hoy.

Además, con tu hermana compartes los mismos traumas generacionales. Quizá sois muy diferentes, con carácteres totalmente opuestos y gustos que no se parecen en nada.

A ti te gusta el techno y a ella el reguetón, a ti te gusta leer y a ella no hay nada que le moleste más que el desorden. Pero en el fondo, la vida os demuestra que ante ciertas situaciones se os activan las mismas heridas de la infancia. No hay nada más revelador que comentar una visita al psicólogo y daros cuenta de que hay inseguridades que compartís y que están enraizadas en lo más profundo de vuestra infancia. Dime si no es bonito cuándo hoy estáis juntas en el proceso de sanarlas. De la mano, camináis para superar el daño del pasado.

No se cortan en decirte la verdad

En tercer lugar, puedes contar siempre con su honestidad. A veces nos da vergüenza preguntarle a alguna amiga pequeñas dudas que nos parecen “tontas”. Por suerte, te queda la carta de tu hermana. “¿Qué te parece esta foto que he subido en Instagram, me veo bien?”. Y tu hermana siempre te va a contestar con la verdad, incluso cuando no te gusta.

Esa honestidad brutal a la vez es lo que hace que su apoyo sea verdadero. Cuando tu familia quizá no entiende algunas de tus decisiones, ella siempre es esa mano amiga con la que cruzar el puente. Puede ser que no seáis de la misma generación, pero muchas veces estará mucho más cerca de entenderte que quizá tus padres o tus abuelos. A ella sí le puedes explicar tus dudas con tu sexualidad o que no quieres ser madre sin sentirte juzgada.

Por último, es cierto que no todas las hermanas se llevan bien, y eso está bien. La familia es un constructo social con expectativas muy altas que no siempre se pueden cumplir. Si tienes la suerte de tener una hermana que también es tu mejor amiga, sabes que puedes contar con ella cuando lo necesites, ya sea para recoger a tus hijxs en la escuela si decides tenerlos, o para llorar juntas cuando te sientes sola viviendo en otro país. Y es que lo que dicen puede ser cierto: las mejores amigas son como hermanas, y las hermanas son las amigas que queremos.