No te lo esperabas. Que tu pareja te confiese haber sentido que no le cuidabas lo suficiente estas últimas semanas es algo que te desconcierta profundamente porque tú no lo has vivido así. En absoluto. Y aunque intentas ponerte en su lugar, aunque intentas comprender las razones que te da para sentirse de esa manera, no consigues verlo. De hecho, tienes muchos argumentos que contradicen esa visión: sabes mejor que nadie cada pequeña cosa que has estado haciendo por la otra persona durante todo ese tiempo. Entonces, ¿quién está equivocadx?
Pues probablemente nadie. En realidad, y según el psicólogo Robert Taibbi, ambas perspectivas pueden ser diferentes debido a determinados condicionantes claves, pero aún así perfectamente legítimas. Y entre esos condicionantes están las heridas de la infancia. Por ejemplo, tu pareja podría haber desarrollado un apego inseguro ambivalente durante su infancia que le llevara a la sobrepreocupación ante pequeños cambios de comportamiento por tu parte. Y tú podrías haber tenido esos pequeños cambios. Incluso si para ti resultan intrascendentes.
Lo diremos mil veces: comunicación
Después de todo, y este es el segundo condicionante para Taibbi, tu pareja percibe los comportamientos pero no está dentro de tu mente para comprender las intenciones. Quizás no quisiste acompañarle en una quedada con sus amigxs para darle tiempo de intimidad con ellxs, en un gesto de cariño y cuidado, pero si no expresaste esas intenciones la otra persona pudo tranquilamente darle otra interpretación, como que quieres tomar distancia de ella o que no te preocupas en conectar con las personas que le importan. Porque nadie es adivinx.
Y por último están las diferencias culturales. Y no es necesario ser de continentes diferentes para que se produzcan. Ni siquiera de países distintos. Cada persona desarrolla su propia cultura, primero en el hogar familiar y luego en otros entornos. En ese sentido, es comprensible que no extraigáis los mismos significados de los comportamientos. En consecuencia, "con estos diferentes filtros, es fácil sentirse constantemente herido, incomprendido, despreciado y acumular heridas". Heridas que llevan a actitudes que abren heridas en la otra persona. Un caos.
Pero tiene solución. Y una vez más, como receta mágica de la mayoría de conflictos de parejas, es la comunicación. En concreto, es importante que primeramente ambxs entendáis las diferencias culturales. Os hará empatizar. A continuación, expresad qué comportamientos os hacen sentir mal y tomad responsabilidad compartida. El problema rara vez recae en unx. Tanto el que hace como el que recibe deben trabajarlo. Por último, expresad con claridad las intenciones para evitar pajas mentales. Ah, y si la otra persona olvida hacerlo, asume buenas intenciones. No pienses automáticamente que está en tu contra. Porque no lo está.