Las mansiones son como los alienígenas o los amores para toda la vida. Los ves en televisión y en las gigantescas pantallas de los cines, pero raramente en el mundo real. Como mucho pasas cerca de una suspirando por sus balconcitos e imaginando cómo podría ser la vida escondido entre sus infinitas paredes. Un sueño inalcanzable. La morada de un tú alternativo al que le fueron un poquito mejor las cosas. La envidia malsana de quien tiene que conformarse con compartir piso en las desaliñadas afueras de la ciudad a cambio de un alquiler prohibitivo. Pero tienes una oportunidad de darle la vuelta a la tortilla. Y se llama Alla Wagner.
No intentes recordar su nombre. No es una de esas videntes televisivas dispuestas a compartir contigo el próximo número ganador de la primitiva. Tampoco una gurú del minimalismo que vaya a convencerte espiritualmente de que tu minihabitación urbana puede transformarse en una mansión. Alla Wagner es una mujer normal y corriente de Millarville, al oeste de Canadá, aunque esconde un secreto: tiene una preciosa mansión entre las Montañas Rocosas de Alberta y quiere ofrecértela por tan solo 16 euros. ¿16 euros? ¿Cómo se llama en poltergeist atrapado en ella? Nada de eso. La propuesta de Wagner tiene truco, pero no es paranormal.
Es matemática. La mansión, de 460 metros cuadrados y con biblioteca incluida, está valorada en unos 1,7 millones de dólares canadienses. Los 16 euros, un precio simbólico que más bien parece un regalo, son para participar en un concurso del que saldrá ganador quién mejor conteste a la siguiente pregunta a través de una carta: "¿Por qué mudarte a esta casa de ensueño frente a un lago cambiaría tu vida?". Con que participen al menos 90.000 personas más que probable teniendo en cuenta la suculencia del premio, Wagner recibiría los 1,7 millones de dólares canadienses que vale la casa, pero nadie, ni siquiera el ganador, habría pagado más de 16 euros. Poco que perder, mucho que ganar.
Es más, la dueña tiene tantas ganas de que tengas su mansión que hará efectivo el concurso aunque solo reciba 60.000 cartas y tenga que recibir por ella menos dinero del que vale. Pero hay que llegar a esa cifra como mínimo, o aumentará el plazo que hasta ahora estaba fijado entre el pasado 5 de enero y el próximo 5 de abril. Wagner quiere que te curres la respuesta. Que la convenzas de por qué debería pseudoregalarte su caserón de tres dormitorios, cinco baños y vistas panorámicas al entorno natural canadiense. ¿Te animas? Pues escribe tu carta de menos de 350 palabras a sioni@telus.net con cheque bancario incluido. Y a cruzar los dedos.