Obligan a parlamentarios alemanes a quitar banderas LGTBIAQ+ de sus oficinas

El canciller alemán, Friedrich Merz, dijo que el parlamento no era una carpa de circo

Hubo una época en la que colocar banderas LGTBIAQ+ en los edificios institucionales se celebraba como un símbolo de aperturismo y tolerancia. Como una bienvenida a un nuevo mundo más integrador. Más amable con la diversidad. Mucho más esperanzador. Hoy, y en mitad de todo este terremoto ultraderechista que agita el mundo, estas banderas se están convirtiendo en un problema para algunxs políticxs. No las quieren. A veces por sus propias convicciones. Otras movidas por el deseo electoralista de agradar a sus votantes cada vez más radicales. El último episodio ha sido en Alemania: han obligado a varixs parlamentarixs a retirarlas de sus oficinas.

En concreto, ha sido una medida impulsada por la presidenta del Parlamento alemán, la miembro de la Unión Demócrata Cristiana Julia Klöcker, la que ha hecho que estas banderas desaparezcan. Es la misma mujer que prohibió que se izara la bandera LGTBIQA+ en el parlamento durante el desfile del Orgullo en Berlín y que prohibió a todxs lxs empleadxs de esta misma institución participar en el evento como representantes. O dicho de otra manera: que haya obligado a gente de otros partidos a eliminar la bandera arcoíris de sus oficinas no es una casualidad inocente. Es todo parte del mismo movimiento antiLGTBIQA+. El que contamina cada vez más países.

Y lógicamente está habiendo críticas. Una diputada socialdemócrata, Lisa Seitzl, dijo que “me gustaría que la Policía responsable del parlamento se ocupara de problemas relevantes para la seguridad en lugar de hacer una cacería contra las banderas igualitarias”. Y la comisionada del Gobierno alemán para el colectivo LGTBIAQ+, Sophie Koch, dijo, en referencia a las palabras del canciller alemán Friedrich Merz de que el parlamento no era una carpa de circo donde poner banderas, que “si la bandera arcoíris es la bandera de una carpa de circo, ¿qué son las personas LGTBQI+? ¿Animales de circo que hacen el mono para diversión del público?”.

Tristemente, todo esto demuestra que el impulso a favor de la comunidad LGTBIAQ+ que hemos vivido en estos últimos años se ha frenado. Es más: hay muchos grupos tratando de hacer retroceder todos los derechos conseguidos. Y el primer paso consiste en eliminar la representación. Sacarles de la vida pública. Invisibilizarles. En España, de momento, y pese a los intentos de los sectores más ultras, las banderas LGTBIAQ+ están protegidas en los edificios públicos, ya que el Tribunal Supremo confirmó que era legal colocarlas por ser “un símbolo de igualdad”.