Seguimos siendo homófobos. Igual que seguimos siendo machistas y racistas. Y no lo digo solo porque haya una parte de la población, ultraderechizada, que lo sea profundamente. Lo digo porque incluso los que creemos haber revisado la herencia cultural que hemos recibido desde pequeño y eliminado ciertas creencias discriminatorias de nuestro ser, nos damos cuenta constantemente de que sigue habiendo mucha mierda escondida. Un ejemplo muy claro es que buena parte de nosotros tendemos a pensar en un gay con expresión femenina como una persona sexualmente pasiva. Algo que el movimiento femme top está derribando con fuerza.
¿Que en qué consiste? Los femme tops son básicamente hombes gay cuya estética o manera de comportarse se acerca más a lo que la sociedad considera femenino que a lo que considera masculino, pero que no renuncian a un rol activo en sus relaciones sexuales. Sí, quizá no transmiten ese aura de macho alfa que muchos esperan en un empotrador, pero lo son: les encanta empotrar y tener el control de sus experiencias sexuales. Y sí, puede que en principio este no parezca tan revolucionario, pero lo es. Lo es porque, como dicen desde Mor.bo, “amplían los márgenes de representación y abren conversaciones incómodas sobre género, poder y sexualidad.
Y no afecta solo a la manera en la que vemos a los hombres homosexuales. Va más allá. En nuestra sociedad todavía hay una relación mental muy intensa entre rasgos masculinos arquetípicos y dominancia sexual. O, mejor dicho, porque esta es la verdadera lectura: hay una relación mental muy intensa entre rasgos femeninos arquetípicos y sumisión sexual. Hasta tal punto que incluso un hombre con una expresión más femenina termina proyectando esa misma sumisión y esa pasividad sexual de haz conmigo lo que quieras. En este sentido, lo que están haciendo los femme tops ya lo venían haciendo muchas mujeres feministas, pero todo suma al cambio.
Como escriben desde el citado medio, “el auge de los femme tops se inscribe en una tendencia más amplia: perfiles que ya no encajan cómodamente en la dicotomía masculino-activo/femenino-pasivo”. Poco a poco, la gente está tratando de quitarse esas asociaciones automáticas de su identidad. Buscando su propio lugar. Único. En el caso de los hombres femme tops, el movimiento parece particularmente fuerte en los países anglosajones, con Reino Unido, irlanda, Estados Unidos y Australia a la cabeza, pero también se está extendiendo por países hispanohablantes como México. Es el tipo de cosas que están bien en el mundo.
