En Japón puedes alquilar a alguien para que no haga nada

El negocio que ha montado Shoji Morimoto da sus frutos: cobra 80€ para que las personas lo alquilen y él sea un acompañante silencioso, una mera presencia. Ya lleva muchas más de 3.000 solicitudes

Vuelves en sí y te das cuenta de que llevas un rato sentadx en la cama mirando a la nada. No sabes cuánto tiempo ha pasado pero está claro que no estabas haciendo nada. Simplemente estabas quietx y el tiempo seguía su recorrido. Ahora imagínate cobrar 80 euros por ello. Que te paguen por no hacer nada. Cualquier persona diría que se trata de un sueño. Un sueño que parece imposible de convertir en realidad. Lo cierto es que no es así. En Japón esto existe. Shoji Morimoto se ha promocionado como una persona que puede “comer, beber y dar comentarios simples pero no hacer nada más”. Cobra por ello 80 euros y ya ha recibido más de 3.000 solicitudes.

“Me alegra haber podido dar un paseo con alguien manteniendo una distancia cómoda, donde no teníamos que hablar pero podíamos hacerlo si hubiéramos querido”, escribió uno de los usuarios que pagó por la compañía de Morimoto. Al principio, el joven de 37 años había dado sus servicios de forma gratuita pero ahora, dadas las reclamaciones, se ha puesto un precio. En ocasiones lo alquilan para participar en juegos, para despedidas entre personas que no se volverán a ver, acompañar a personas que van a solicitar el divorcio o simplemente escuchar a, por ejemplo, sanitarios que están agotados emocionalmente por su trabajo.

“A mí no me gusta que los demás me animen. Me molesta que las personas me digan que tengo que hacer algo”, explica para la web japonesa Mainichi. El joven empezó con esto tras dejar su trabajo en una editorial donde no había conseguido adaptarse. Esto le hizo ver que no podía tener un trabajo a largo plazo porque cualquiera le resultaba cansino, así que optó por crear una cuenta de Twitter y ver qué pasaba. En la actualidad tiene mas de 270.000 seguidores y sigue creciendo.

Además tiene algunos clientes habituales. Una escritora cuenta que lo ha alquilado en al menos 10 ocasiones porque la ha acompañado a citas con otras personas, la escucha hablar sobre el amor o puede contarle cosas que no contaría a alguien conocido: “me escucha y me acompaña sin juzgarme, incluso vino cuando quise ir a un club de entretenimiento para adultos. Tenerlo a mi lado hace que refuerce mi autoestima”, explicó la mujer para la misma web. Por su parte, el joven entiende su trabajo como alivio para las personas que se sienten solas.

Ahora mismo, con las restricciones, han bajado las solicitudes. No obstante parece ser una compañía más que necesaria ahora que estamos más alejadxs que nunca y que compartir el tiempo con otras personas nos haría sentirnos mejor y menos solxs en esta lucha constante contra la incertidumbre.