Guía básica para practicar sexting y no hacer el ridículo

Todos hemos pasado por el exacto momento en el que una conversación a través de WhatsApp o Instagram empieza a subir de tono. Si te apetece seguir pero no sabes cómo, aquí van a algunos consejos

El primer día que os besasteis el mundo se detuvo. Llevabas algunas semanas preguntándote cómo sería besarle, ese deseo no solo crecía en tu interior sino también en el suyo. Había una tensión entre ambxs que podía tocarse con las manos y de la que erais plenamente conscientes. Quien mantiene el deseo a rajatabla, controlado, en el punto exacto, sin que sobresalga de los límites sabe que, cuando se libera, el placer podría llegar a estallar. Eso pasó, en cierta manera, el primer día que os besasteis. Ya llevabais varios días hablando por el móvil: charlas largas sobre gustos u opiniones, nada más allá. Pero claro, después de aquel encuentro las conversaciones se transformaron, ya que teníais la confianza de saber que el recorrido por las ganas y el deseo era el mismo. Ahora podíais hablar abiertamente de cómo os gustaría disfrutar de la intimidad.

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Es entonces cuando el diálogo se torna un poco más subido de tono. Tú no sabes cómo continuar, quieres decirle muchas cosas pero que tampoco se sorprenda o piense algo que no es. Crees que para un primer contacto lo mejor es ir poco a poco y no desvelar todas tus armas pero estás a tope, te gustaría decírselo todo ya mismo y no sabes las formas. Justamente por ello hemos creado esta guía básica para hacer sexting, un repaso por todas las herramientas que puedes utilizar y cómo hacerlo para no sentirte ridículx. 

1. El texto

En las conversaciones sexuales no se sabe, a ciencia cierta y cuando están bien hechas, quién ha empezado primero. Suele haber un giro en el diálogo que transforma todo el ambiente en pura tensión sexual. Miras la pantalla de tu móvil y sientes cómo todo tu cuerpo se estremece. Es sensacional lo que puede llegar a causar la lectura de un mensaje hot sobre todo cuando lo envía esa persona con la que tienes tantas ganas. Para llevar adelante un juego de palabras que os genere placer a ambos hay una pauta clarísima que, aconsejamos, deberías seguir siempre, al menos al principio: ser sutil y hablar con suavidad.

En la lentitud y en las formas de 'no digo mucho pero estoy diciendo bastante' es donde se encienden las llamas principales. A partir de esa lentitud puedes ir deteniéndote en detalles de cómo te sientes. Si, por ejemplo, te dicen algo que te ha gustado mucho y te ha hecho palpitar puedes reaccionar con palabras cortas como: mmm, joder, uff, dios mío, DIOS, madre mía u con iconos como el del fuego o el de las gotas. Es una forma de demostrar que estás tan cachondx que no puedes responder nada más.

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2. Gifs sugerentes

La magia de poder controlar la conversación o de que ambxs estéis dejando espacio para que la otra persona también ponga de su parte es lo que hace que las ganas vayan en aumento poco a poco. Para que se mantenga latente ese deseo y no desaparezca de golpe hay que dejar espacio para la imaginación y no mostrarlo todo de repente. Antes de enviar fotos o de pedirlas puedes hacer un gif tuyo, en la oscuridad donde se vean tus hombros o tus labios, algo que sea sugerente pero no explícito. Eso hará que la otra persona se encienda más y de mantengan las ganas.

3. Audios

No solo los gifs hacen la magia de subir el tono sin enseñar demasiado. Los audios tienen también un poder que, aunque no lo parezca o te de corte pensarlo, puede hacer que todo tu cuerpo y el de la otra persona se encienda. Si pensarlo te hace sentirte ridículx, grábate y luego escúchate. Los audios pueden encender la imaginación: la otra persona se imaginará dónde estás, qué sientes, cuáles posturas estás adoptando... Mándale, por ejemplo, un audio con tu respiración delicada y luego algo más fuerte. También puedes grabar el desliz entre tus sábanas o directamente el suave sonido que hace tu cuerpo al rozarse consigo mismo.

4. Fotos sutiles 

Cuando ya habéis alcanzado ciertos niveles de confianza pueden aparecer las fotos. Por lo general las que son sutiles pueden ser el principio de la conversación. Algunas aparecen cuando la otra persona o tú mismx preguntas "¿qué tal, qué haces?" y esa persona te responde con una imagen de, por ejemplo, sus piernas en el sofá. Es una fotografía sutil pero que a ti te ha hecho sentir algo dentro. Algo se ha encendido. Ahí puedes responder algo sin más o contestar con un "mmm, qué bonitas piernas", lo cual podría ser el inicio del sexting.

Otro tipo de imágenes son las que suceden en mitad de la conversación, cuando ya ambxs estáis a tope y preguntáis "cómo estás ahora" o "qué llevas puesto", lo cual da lugar a momentos más explícitos. Sabes que si no quieres, puedes no hacerlo. En Instagram hay una buena opción que es la de enviar contenido que la persona puede ver solo una vez o dos y que luego desaparece. Si resulta que hace una captura de pantalla, lo sabrás porque la app te lo notifica.

5. Descripción 

Hay algo que siempre funciona y que es fácil: las descripciones. Descríbele qué sientes, dónde estás, qué cosas te gustaría sentir, cuáles son tus fantasías y qué quieres compartir con él o ella. También puedes describirle lo que te gustaría hacer si estuvieras a su lado, qué tocarías, cómo le besarías, de qué forma te podrías colocar, cómo sería tu respiración o qué posturas podríais adoptar juntxs. 

Esperamos que puedas divertirte y sentir el enorme placer que puede darte una conversación sexual. Eso sí: debe suceder siempre y cuando quieras, sin obligaciones ni presiones. Si no te apetece o te da vergüenza no tienes por qué hacerlo. No lo olvides.