Solo el 15% de los países del mundo está gobernado por mujeres

El crecimiento del liderazgo femenino es tan lento que la ONU calcula que hasta 2150 no habrá paridad en las jefaturas de gobierno

En el actual tablero mundial hay 195 países. Sin embargo, y según cuenta el periodista Sergio García, experto en temas de género, solo treinta de ellos se encuentran gobernados por mujeres. Y sí, es un porcentaje muy superior a lo que ha venido sucediendo durante la historia de la humanidad, en la cual el poder ha estado casi exclusivamente en manos del hombre, pero sigue siendo tristísimo. Para que te hagas una idea, dice García, “el liderazgo femenino no ha dejado de crecer desde los años noventa, pero el ritmo es tan lento que la ONU calcula en su último informe que la paridad en las jefaturas de Gobierno no se alcanzará antes del 2150”.

2150. Es una barbaridad. De todas formas, es importante diferenciar entre un gobierno liderado por una mujer y uno de corte feminista. Al fin y al cabo, a los hombres, los que han tenido históricamente el privilegio de dirigir las economías y las políticas de los países, no les preocupa que haya una mujer al mando siempre y cuando siga la senda capitalista de toda la vida. Lo hemos visto con Meloni en Italia. Con Marine le Pen en Francia. Con Alice Weidel en Alemania. Pese a no haber llegado a gobernar algunas de ellas, han experimentado una popularidad al alza digna de estudio, quizá porque prometen un mundo machista que encandila a los hombres.

La última en sumarse a la lista es la conservadora Sanae Takaichi en Japón. ¿Es una buena noticia que una mujer dirija un país históricamente machista? Obvio. ¿Es una especie de Margaret Thatcher nipona que probablemente no trabaje en ir hacia un mundo más igualitario? También. Y esa es una diferencia enorme. Por supuesto que hay que celebrar que estas mujeres consigan poder real, porque el feminismo es una lucha transversal y paralela a muchas otras luchas, pero no se puede olvidar que lo verdaderamente celebrable son las políticas feministas. Y, desgraciadamente, Meloni, Weidel o la propia Takaichi harán muy poco por implementarlas. Es así.

Aunque no en todos los casos. Mette Frederiksen en Dinamarca, Kristrún Frostadóttir en Islandia, Xiomara Castro en Honduras, Netumbo Nandi-Ndaitwah en Namibia o Samia Suluhu Hassan en Tanzania son ejemplos de mujeres líderes de corte socialdemócrata. Gobernantas con cierta tendencia a las políticas igualitarias de izquierda. De todas formas, y como ocurre indistintamente con hombres y mujeres, hay pocxs líderes nacionales verdaderamente progresistas y con valentía para implementar medidas de cambio potentes. El sistema lo tiene todo muy bien atadito. Y, tristemente, vivimos en un contexto de auge de las ideas neoconservadoras.