Ser mujer sale caro. El dinero invertido en afrontar la regla todos los meses va acumulándose hasta, según algunas estimaciones, alcanzar los 24.000 dólares al final de una vida. Y buena parte de la culpa es política. Al menos en España. Porque, aunque parezca sorprendente, en nuestro país los productos de higiene femenina como tampones o comprensas no son considerados productos de primera necesidad. Eso conlleva que su IVA, en lugar de ser el superreducido del 4% que disfrutan los alimentos básicos o los medicamentos, sea del 10%. Una tasa discriminatoria que el Gobierno pretender eliminar de una vez.
Así lo ha comunicado este miércoles la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. En concreto, y según explicó durante el pleno del Congreso, la intención del ejecutivo es incorporar la rebaja del llamado IVA "femenino" en los próximos Presupuestos Generales del Estado por "razones de discriminación". Esta bajada de impuestos permitiría a las mujeres ahorrar cierto dinero en la compra de tampones y comprensas, pero sobre todo, y al margen del dinero, supondría un acto de justicia social. En Unidos Podemos también lo entienden así y están decididos a apoyar esta medida que debería haberse aprobado hace mucho tiempo.
Aunque España no sería pionera. Francia ya redujo hace tres años el impuesto sobre productos de higiene femenina del 10% al 5,5%. India, tras todo un año de protestas feministas contra un abusivo IVA del 12%, modificó su legislación hasta eliminar el 100% de impuestos que pesaban sobre compresas y tampones. Lo mismo hizo el gobierno de Canadá. Y Escocia anunció el pasado junio que invertiría 568.000 euros para proporcionar eliminar el 100% de impuestos a todas las mujeres del país con bajos ingresos con el objetivo de combatir la period poverty. Las cosas están cambiando. Y que nadie dude que la culpa es de la lucha feminista.