Así afecta el orden de nacimiento en tu personalidad

Los impactos pueden ser duraderos y definir cómo eres

Cada hermanx se siente perjudicado a su manera: si eres el mayor, sientes que tuviste que ser más madurx para la edad que te correspondía, si naciste el segundo quizá piensas que no recibiste tanta atención de tus padres, y siendo el pequeño prácticamente tuviste que criarte a ti solo porque nadie te hacía caso. Bueno, más allá de lo que son las percepciones personales de cada unx, lxs expertxs coinciden en que el orden de nacimiento puede influir en el trato de nuestros padres y en nuestra personalidad y comportamiento.

Según un artículo de Psicoactiva escrito por Marta Guerri, nuestra posición dentro del conjunto de hermanxs “es considerada por algunos investigadores y psicólogos como una de las influencias más poderosas sobre la personalidad, junto con la genética, el género, el temperamento y los estilos de crianza”.

La teoría de la influencia según el orden de nacimiento viene de lejos. Más concretamente llegó de la mano de Alfred Adler, coetáneo de Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis. Más tarde, varios estudios han reafirmado esta teoría. ¿Cómo puede influenciar según seas el hermano mayor, pequeño, o por el contrario, seas hijx único?

El primogénito: tiende a ser más conservador, orientado al triunfo y líder

Como han gozado de más tiempo con sus padres, tienden a querer ser mejores en todo lo que hacen. Tuvieron la atención plena de sus cuidadores, y quizá también tienden a absorber más la presión y el enfoque por ser un buen hijx. Eso hace que sean responsables, equilibrados y cuidadosxs. En cuanto al segundo hermanx, puede sentir también la endiablada comparación respecto al hermano mayor. Tienen también carácter y suelen ser más rebeldes, para marcar diferencias respecto al mayor.

Según Psicoactiva, “los hijos medianos se caracterizan por tener un círculo de amigos muy fiel y cercano, al que sienten como si fuese parte de su propia familia”. En parte porque no han recibido la misma atención de sus padres y por eso pueden buscarla en otros vínculos.

Por último, el pequeño tiene muchos motivos para recibir no solo la atención de sus padres sino también de sus hermanos. Se ha comprobado que tienen una tendencia a querer superar a sus hermanos mayores. Con mucha facilidad consiguen tener éxito en el campo laboral, o deportivo. Ven como un reto obtener más reconocimiento social por sus logros.

También tienen una personalidad más independiente, ya que a pesar de que al ser considerados los más pequeños su familia tiende a protegerlos, también tienen menos presión paterna y eso hace que puedan vivir con más libertad. No es de extrañar que sean los payasos de la fiesta o los más carismáticos. ¿Y qué pasa con el hijo único? Si los padres lo protegen en exceso, puede caer en el egocentrismo. Le cuesta aceptar críticas, afirman en Psicoactiva.