Es un momento histórico. España se convertirá pronto en el tercer país europeo, tras Bélgica y Holanda, en legalizar la eutanasia activa. Según cuenta el diario El Mundo, el gobierno de Pedro Sánchez quiere incluirla como un servicio más del Sistema Nacional de Salud español para que cualquier persona que sufra una discapacidad grave, un sufrimiento "intolerable, insoportable e irreversible" o una altísima dependencia hacia otras personas puedan solicitarla. Una medida en favor de la dignidad humana más que necesaria.
Pero, a diferencia de las leyes que regulan la eutanasia activa en Bélgica y Holanda, la ley que propone el PSOE establece filtros más exigentes. En primer lugar, fijando la obligatoriedad de una segunda opinión médica sobre lo invalidante o doloroso de la situación del enfermo. Y en segundo lugar, y una vez avalada la eutanasia por ambos médicos, dirigiendo la solicitud a un comité ético de la Comunidad Autónoma compuesto por médicos y juristas de gran reputación que tomarán la decisión final acerca de la vida del paciente.
Una vez aprobada la solicitud por parte del comité, y dependiendo de la situación del enfermo, el hospital inducirá al fallecimiento mediante eutanasia activa o mediante suicidio asistido, donde el solicitante toma por sí mismo la medicación letal. Una norma que el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez espera sacar adelante en los próximos meses con el apoyo de los mismos grupos políticos que le auparon al poder. La ley de eutanasia se convertiría así en la primera ley del gobierno de Sánchez. Una ley que nos hace un poquito más humanos.