El Tabú De La Eutanasia Y Por Qué A Ella Sí Que La Van A Dejar Morir

La muerte asusta, sí. Tanto que es un tema del que, por lo general, intentamos huir hasta cuando es necesario hablar de él. Pese a que es lo único seguro que va a pasar en nuestra vida, parece que no acabamos de tratarla con la naturalidad que se mer

La muerte asusta, sí. Tanto que es un tema del que, por lo general, intentamos huir hasta cuando es necesario hablar de él. Pese a que es lo único seguro que va a pasar en nuestra vida, parece que no acabamos de tratarla con la naturalidad que se merece. Es el último paso de nuestra existencia, pero forma parte de ella tanto como el día en que nacemos.

La cuestión es: ¿Por qué no se permite a la gente decidir cuándo poner fin a su vida una vez han agotado todos los caminos para vivir con dignidad? Eutanasia. Una palabra que prácticamente es un tabú en nuestra sociedad. Cada cierto tiempo alguien reaviva el asunto, pero pasa por la actualidad informativa igual que lo hace una noticia sobre el inicio de la época de cultivar tomates.

$!mileniales, miedo, codigo nuevo

En esta ocasión ha sido la atleta paralímpica Marieke Vervoort quien nos ha recordado que hay personas que no quieren vivir más. Ella tiene una enfermedad degenerativa que le provoca un tremendo dolor y que la acabará dejando sin capacidades físicas. Así que ha tomado la decisión de pedir la eutanasia tras los juegos de Río. No puede continuar. No quiere seguir sufriendo para acabar llegando al mismo final.

Solo hay tres países en Europa que contemplen la eutanasia activa de manera legal: Holanda, Luxemburgo y Bélgica. Por suerte para Marieke, es ciudadana del primero y podrá ver cumplida su última voluntad, la de morir de la manera lo más digna posible. En España lo único que está permitido es la eutanasia pasiva, es decir, retirar los tratamientos médicos para acelerar la muerte.

$!mileniales, miedo, codigo nuevo

Pero, ¿realmente es una solución correcta a efectos morales? Se trata de una cuestión de empatía, de ponerse en el lugar de aquel que sufre a diario por el simple hecho de vivir. No le estamos haciendo un favor alargando sus días, a veces aquello de que la vida siempre te da alguna razón para seguir luchando no es verdad. En ocasiones se acaban, no queda nada por lo que valga la pena sufrir, y en ese momento deja de haber vida y solo queda sufrimiento.

¿Quiénes somos para decirle a alguien en sus plenas facultades mentales que no puede morir cuando quiera? En el fondo la lógica del razonamiento es aplastante: si la muerte es una parte de la vida, cada uno debe ser libre de ponerle fin cuando vea que ya no puede disfrutar de ella de ningún modo.

$!mileniales, miedo, codigo nuevo

Aunque hagamos un pequeño inciso: hablamos de casos en los que médicamente se da una situación irreversible que impide que una persona pueda llevar una vida plena. Obviamente, no se puede dar la espalda a casos de depresiones que derivan en tendencias suicidas, porque no es, ni mucho menos, lo mismo. Pero para ello tenemos múltiples profesionales a todos los niveles capaces de diferenciar entre una cosa y otra.

Hagamos un ejercicio de imaginación y pongámonos en el lugar de alguien cuya existencia se ha convertido en mera supervivencia, en un día tras otro de dolor, de sufrimiento estéril porque no hay cura posible para sus problemas. O de unos padres que ven con impotencia como un hijo se consume sin poder hacer nada. ¿No da más miedo esto que la propia muerte? ¿No es incluso "bonito" que una persona pueda dejar de sufrir?