Construyó un cohete para comprobar si la Tierra era plana y acabó estrellándose en el desierto

Mike Hughes quería demostrar desde 2008 que la Tierra era plana. Tras 12 años de pruebas, ha fallecido en un accidente

“Voy a demostrar que la Tierra es plana”, dijo Mike Hughes, un hombre de 64 años conocido entre los terraplanistas de medio mundo como Mad Mike. Montó un cohete casero en su patio trasero, que le costó 18.000 dólares. La nave era de propulsión a vapor y tenía previsto alzarse 1.525 metros para que su tripulante avanzara en el propósito de ver desde el cielo que nos han engañado y la Tierra es plana algo que no podría ocurrir si no alcanzaba al menos 10 veces esa altitud. Pero el experimento fue un fail y, tras errores de cálculo, la nave solo se alzó unos metros antes de estrellarse contra el suelo, acabando con la via de Hughes. “Al final, lo único que demostró es que la Tierra es dura”, respondió un twittero que se hizo viral.

Según explica la BBC, el vídeo que grabaron sus ayudantes enseña cómo el paracaídas se despliega justo tras el despegue del cohete, lo cual podría ser una de las explicaciones por las cuales el experimento se convirtió en un accidente mortal. En principio, Mad Mike ya había hecho varias pruebas, la última en marzo, cuando Hughes logró una altitud de 570 metros y sobrevivir gracias al paracaídas. Esta vez no hubo tanta suerte, porque falló el sistema de aterrizaje y supervivencia de emergencia el paracaídas, que salió defectuoso.

Su representante, Darren Shuster, lamentó su muerte, pero aseguró que no se imaginaba otra para el temerario. “Cuando Dios hizo a Mike, rompió el molde. El hombre vivió al límite. ¡No habría salido de otra manera! RIP”, aseguró. Sus conocidos también se han mostrado entristecidos por la pérdida, pero confirman las palabras de Shuster: él lo habría querido así. Ya lo dijo tras su aterrizaje de marzo y acabar con el cuerpo molido, “¿me alegro de haberlo hecho? Sí, supongo”.

No es la primera vez que Hughes la lía de esta forma aunque esta vez sí que es la última. Era conocido porque en 2002 consiguió el récord Guinness por el salto de limusina más largo de la historia: hizo una distancia de 31,39 metros con una gigantesca limusina Lincoln Town Car de 3 toneladas. Se estableció como un loco mediático y, en 2008, la cúspide de sus extravagancias, aseguró que iba a comprobar de primera mano que la Tierra era plana. 12 años más tarde lo ha intentado infructuosamente por última vez.