Cada cuatro años, una cumbre mundial contra el cambio climático nos recuerda que, sobre el papel, los países tienen compromisos para reducir su huella ambiental. Pero luego llega la economía, los intereses particulares, las prioridades más inmediatas y, poco a poco, las tensiones entre países acaban dejando los compromisos en papel mojado. Siempre tenemos grandes expectativas ante estas cumbres, que se anuncian con lemas ambiciosos y palabras grandilocuentes, pero pronto, en meses, se acaban diluyendo.
Venimos de un verano caliente, el último lustro fue el que registró temperaturas más altas de la historia, incendios en el Amazonas y en muchos otros lugares que nos han removido la conciencia y hasta nos han despertado la solidaridad. Y el curso empieza aún más caliente. El viernes, los Fridays for Future, el movimiento cuya cabeza más visible es el último lustro fue el que registró temperaturas y que ya arrastra a millones de adolescentes de todo el mundo, arrancó su año escolar en pie de guerra. Querían mandar un mensaje a los dirigentes: se acabó tener reuniones vacías. Los jóvenes vigilan por un cambio en las políticas por el cambio climático. La cumbre contra el cambio climático de Nueva York empieza hoy y esperamos medidas.
Pasar a la acción
Contener el calentamiento global no va a hacerse solo: el objetivo de Naciones Unidas es mantener el aumento de la temperatura por debajo de los dos grados respecto a la Revolución Industrial y no lo estamos cumpliendo. Los políticos tienen que conseguir dar confianza a los jóvenes y garantizar que los cambios se harán. Queremos saber cómo.
Pensar qué comemos
Este verano, la ONU ha analizado el impacto que tiene la producción de alimentos para el consumo humano y esta semana deberíamos conocer sus resultados. Ya nos han recomendado comer menos carne para reducir las emisiones de CO2, pero también se esperan medidas concretas sobre consumo de productos de cercanía o modalidades de cultivo respetuosas con el medio ambiente. Hace pocos días, un reportaje de investigación destapa la estafa de los tomates bio cultivados en Almería porque el auge de la agricultura ha dejado la zona en situación de sequía crónica. Es solo un ejemplo, pero esperamos medidas a nivel global.
Alternativas al avión
Greta Thunberg llegó a la cumbre en un barco ecológico para demostrar que hay otras formas posibles de viajar y para poner en la agenda un tema que nos preocupa: la industria aeronáutica supone el 2% del CO2 que mandamos a la atmósfera. Tenemos que pensar en alternativas porque los impuestos por emisión de CO2 seguramente recaerán en el precio de los billetes.
Que todos den la cara
Esta cumbre tiene dos grandes ausentes: Estados Unidos y Brasil, cuyos presidentes, Donald Trump y Jair Bolsonaro, ha insinuado y afirmado que el calentamiento global es mentira. Estarán todos los países europeos e India, además de Rusia y China, aunque estos dos últimos no irán representados por sus presidentes. Estados Unidos tiene una deuda histórica con los compromisos ambientales internacionales y Brasil alberga la mayor parte de la selva del Amazonas, el pulmón del planeta. Hay tensiones internacionales sobre su gestión.
Cero emisiones para 2050
Los objetivos siempre parecen a largo plazo pero el 2050 está cada vez más cerca y no vemos que avancemos hacia las tan ansiadas "cero emisiones". En los próximos diez años el objetivo es reducir el 45% de las emisiones de gases con efecto invernadero y en los próximos 30, llegar a cero. El acuerdo de París de 2015 preveía que los 200 países firmantes presentaran planes de reducción de emisiones, ahora necesitamos cifras más concretas.