Cómo respirar conscientemente para que tus relaciones sexuales se expandan a otro nivel

Una sexóloga te cuenta cómo utilizar la respiración para que tus sensaciones sexuales se expandan

Eres un tío y estás jadeando como un animal. Tu sistema nervioso autónomo está disparatado: sudoración, aceleración del ritmo cardíaco, dilatación de los vasos sanguíneos, contracción muscular y respiración entrecortada. Te precipitas irremediablemente hacia una prematura eyaculación cuando tan solo llevas follando unos tres minutos. Y es imparable, ¿no? Después de todo, no tenemos control ninguno sobre nuestro sistema nervioso autónomo que, como su propio nombre indica, funciona por su cuenta. Salvo que no es verdad. Porque existe una función que sí podemos dominar: la respiración, nuestra llave para acceder a ese reino caótico y rebelde.

Respirar conscientemente

Respiramos por inercia. Llevamos tanto tiempo haciéndolo que hemos acabado renegando de ese don que la naturaleza nos ha concedido para controlar cómo metemos oxígeno en nuestro organismo. Tenemos un superpoder que, por mera vagancia, no estamos utilizando. Por eso los expertos en respiración consciente como la sexóloga Ana Lombardía recomiendan empezar ahora mismo. "Prestarle atención a la respiración, controlar que no respiramos muy rápido ni cortamente, es fundamental para regular nuestro ritmo, nuestras emociones y, en general, nuestro estado de ánimo", dice convencida.

http://i.picasion.com/resize88/62137ed0f1fb45257598132701004d7f.gif

También nuestra vida sexual. Las películas y series de televisión nos han vendido siempre una imagen del polvo perfecto basado en fogosidad e inconsciencia. Cuanto más descontrolado mejor. Pero esa percepción del sexo resulta contraproducente. Porque, al contrario de lo que pueda parecer, y según cuenta Ana, es controlar la respiración lo que aumenta enormemente nuestra excitación. También las sensaciones. "La distintas fases de un encuentro sexual están regidas por distintas partes del sistema nervioso autónomo y se regulan todas con la respiración", apunta. Podríamos considerarlo el juguete sexual definitivo. Y gratuito.

Respiración al rescate

Pero también resulta una excelente terapia multifuncional. "Cuando un hombre está preocupado intentando no eyacular y pensando 'joder no me quiero correr, quiero aguantar más', lo que está haciendo es ganar nerviosismo, acelerar su respiración y, por tanto, acelerar la eyaculación. En cambio, si está tranquilo y no le importa correrse ahora o dentro de un rato, tendrá una respiración más calmada y se correrá más tarde", asegura esta especialista en sexualidad y afectividad. Una relación que funciona en ambas direcciones: controlar la respiración permite retrasar e incluso controlar la temida descarga. Basta con saber sosegarla.

Sin embargo, este mecanismo solventa también otros problemas. "Una respiración consciente mucho más suave, más lenta, aunque no necesariamente más profunda, permite recargar más rápidamente la eyaculación", explica Ana al otro lado del teléfono. Además, en nuestra sociedad orgasmocéntrica más pendiente del clímax que del camino, "una respiración un poco más acelerada, aunque no mucho, ayuda a alcanzar el orgasmo". Esto ocurre porque la respiración regula otros mecanismos autónomos implicados en esos procesos, pero también porque en estos casos funciona como un ancla mental al momento presente.

Resultado de imagen de gif orgasm

Del mismo modo que durante la meditación o el yoga, la respiración consciente evita durante el sexo que nuestra atención se pierda en pensamientos innecesarios. Estamos ahí. Atendiendo a nuestro cuerpo y, por tanto, conectados con la experiencia. Es el llamado sexfulness. Aunque la respiración consciente no es su única herramienta: "Hay una técnica de focalización de la atención que consiste en narrarte en voz baja lo que está sucediendo: 'Estoy con mi pareja y me encanta como besa. Ahora me está tocando el cuello y me gusta la sensación que provoca su mano en mi culo'. Así vives el momento y no te pierdes en preocupaciones o fantasías", añade la sexóloga.

Sin entrenamiento no hay paraíso

Hay varias técnicas concretas que pueden ayudarte para practicar la respiración consciente. La que utiliza la filosofía Pranayana, por ejemplo, consiste en llenar el viente de oxígeno, sostener el aliento siete segundos y exhalar con los ojos cerrados. Pero hay otras: la respiración Bhramari, la respiración Kundalini, la técnica del aliento trapezoidal o la respiración sincronizada entre dos o varias personas. Sea como sea, la clave está en entrenar una y otra vez. La herramienta está ahí. Todos la tenemos. Pero requiere un aprendizaje. Uno que, según esta sexóloga, no es tan difícil ni ortopédico como podríamos pensar.

"Es una técnica que puede introducirse con mucha facilidad. No tiene por qué resultar artificial. Además el entrenamiento es siempre divertido. Puedes hacerlo con otras personas o solo tú mismo, masturbándote. En el caso de los hombres, solo con bajar el ritmo de masturbación y prestar atención a su respiración para que esta sea más pausada se consiguen cambios brutales. Nuestro problema es que siempre afrontamos el sexo de manera acelerada. Queremos que sea pasional. Pero nos iría mejor pisando el freno para que las sensaciones físicas ganen intensidad y el sexo sea más placentero", apunta la terapeuta.

https://upload-assets.vice.com/files/2015/11/04/1446648257whiplash_jackoff_scene_1__1_.gif?resize=160:*

Como ves, todo lo que necesitamos para follar como dioses viene incorporado en nosotros mismos. Lo único que necesitamos es una pizca de disciplina inicial y cambiar nuestra percepción del sexo. Porque el ‘mete-saca’ indiscriminado es insuficiente. "Si estás preocupado de meterla y sacarla muy rápido, porque es lo que se supone que debes hacer, acabas acelerando tu respiración, tu ritmo cardíaco y, en general, tu cansancio. Así la percepción de tus sensaciones disminuye mucho", insiste Lombardía. No hace falta ser un maestro del tantra para aprender. Practica la respiración consciente ahora mismo, cuando termines de leer esto, y luego extrapólala al sexo para que esa respiración pobre de antaño no vuelva a robarte el placer que te mereces.