Por qué a veces no sabes si odias o amas a tu madre

La priera novela de Avni Doshi, 'Azúcar quemado', cuenta la historia de una mujer resentida con su madre que al mismo tiempo lo intenta todo para cuidarla cuando le diagnostican alzhéimer

Hay libros que tienen comienzos inolvidables. Frases que se te quedan en la memoria muchos años después. Uno de ellos es Azúcar quemado: "Mentiría si dijera que nunca he sentido placer cuando a mi madre le ocurre una desgracia". Es una frase que te da una patada en el estómago porque te recuerda cada una de esas veces en que tú misma sobre todo esto les pasa a las mujeres has pensado algo así. Te avergüenza, aunque te tranquilice no sentirte sola, saber que el odio que le tienes a tu madre aunque sea solo por momentos no sea solo un error que cometes solo tú.

Antara tiene unos 30 años, un esposo ambicioso, una carrera de artista mediana y una madre a la que le acaban de diagnosticar alzhéimer. Aunque al principio parece que la enfermedad no va a interrumpir su vida, en la ciudad india de Pune, poco a poco, se va dando cuenta de que tiene que ayudar a su madre hasta para las cosas más sencillas de su día a día. Y es justamente a través de la anulación de la madre como figura de poder en su vida que Antara va recuperando esos momentos de su infnacia en los que, según ella, esa mujer que supuestamente iba a protegerla de todas las cosas malas la acabó abandonando a experiencias traumáticas.

Antara no tuvo una infancia fácil, pero lo hermoso de la novela es que te hace sentir que en la infancia de todo el mundo hay momentos en los que nos hemos sentido traicionadas por nuestras madres y a estas alturas de la película nos quedamos con esa sensación de rabia e impotencia, aunque nunca nos hemos preocupado de volver a hablar de esos sucesos con ellas para ver cómo lo vivieron, cuál era su intención o qué les estaba pasando en ese momento de sus vidas. Crecer es, por definición, construir un personaje que te distancie de tus padres y eso que muchas críticas a Avni Doshi ha definido como "odio a la madre" no es más que una frustración de no ser suficientes como hijas.

The New York Times definió Azúcar quemado como la historia de una mujer en que "su madre está perdiendo la cabeza pero no su talento para humillarla". Es una forma muy fina de volver a poner la culpa en el lado de allá. Isabel Coixet, por su parte, escribió que "es imposible mirar la maternidad de la misma manera", una fórmula más abierta de entender el libro, porque te pone en el lugar de la hija pero también en el de la madre. Hay madres crueles, tiernas, ególatras, superficiales... cuál te toca a ti, no lo vas a cambiar. Lo que sí puedes es intentar entender su pasado y entenderla mejor a ella para poder estar más en paz con esos roces que no te dejan vivir.