El misterioso libro que predijo la pandemia global de Wuhan hace 39 años

‘Los Ojos de la Oscuridad’ fue la novela escrita en 1981 por el escritor estadounidense Dean R. Koontz

Hace 39 años un escritor estadounidense imaginó un virus que se extendería por el mundo y mataría a millones de seres humanos. Hasta aquí nada raro, un argumento más ara el guión de una novela. Pero qué pensarías si te dijera que Dean R. Koontz, así se llamaba el autor, acertó el año de la pandemia, 2020, y la ciudad desde la que partiría el mortal virus: la ciudad china de Wuhan. ¿Coincidencia o conspiración? Esa es la pregunta que lleva haciéndose todo el que se ha enterado de la existencia de la novela de ciencia ficción Los Ojos de la Oscuridad escrita por Koontz en 1981.

Este libro descatalogado se ha convertido en el último fenómeno viral de internet debido a las asombrosas coincidencias del relato del escritor californiano con la situación vivida en la actualidad con la propagación del coronavirus COVID-19. De hecho, la fiebre por adquirir este viejo libro es tal que las ediciones de bolsillo de Amazon cuestan más de 120 euros y las ediciones de lujo van desde los 630 a unos increíbles 2.289 euros. Pero, ¿qué cuenta exactamente esta novela para que su valor se esté disparando a estos niveles?

Básicamente, la novela narra la llegada a Estados Unidos del científico chino Li Chen con una importantísima información sobre la “más importante y peligrosa nueva arma biológica” que sorprendentemente se llamaba Wuhan-400. Según el relato, esta "arma biológica perfecta" se había desarrollado en el laboratorio de bioseguridad de Wuhan gracias a la manipulación del ADN de varios virus y su mortalidad era temible. En el libro la expansión del virus mataba a millones de personas ya que, una vez infectado, el paciente no duraba más de 24 horas con vida.

El funcionamiento del virus era escalofriante: tras provocar neumonía se instalaba en el tejido cerebral y segregaba una toxina que dañaba el cerebro hasta inutilizarlo. Sin embargo, el mortal virus tenía un punto débil: no podía sobrevivir fuera del cuerpo humano por más de un minuto por lo que no podía contaminar permanentemente objetos o lugares enteros como el ántrax y otros virus. Además, el virus moría en el interior de los cadáveres cuando la temperatura de los cuerpos descendía de los 30 grados centígrados. 

Puede que las coincidencias de la novela de Koontz, un excéntrico autor de culto que en la actualidad vive aislado junto a sus perros en su casa de California, no sean tantas como muchos pretenden ver, sin embargo, son las suficientes para que las teorías de la conspiración hayan tomado el libro como la prueba inequívoca de que el novelista manejaba algún tipo de información privilegiada que fue encriptada en sus libros para que las élites del mundo pudieran prepararse. Ahora solo falta esperar que la crisis del COVID-19 no acabe como el libro.