Los jóvenes practicamos cada vez menos sexo y las redes sociales tienen la culpa

Existen ciertas distracciones que han sido las culpables de que los millenials pasemos menos tiempo entre las sábanas

No hay que tener relaciones sexuales para ser feliz pero, sin duda alguna, la intimidad sexual y una vida activa en este ámbito se asocia directamente con tener una relación saludable y con un bienestar que es general. Además de esto, en la actualidad tenemos la posibilidad de hablar abiertamente de sexo. Juguetes sexuales, poliamor y películas, series o libros eróticos, son parte de los elementos culturales que nos han ayudado y aún nos ayudan a romper tabúes de todo tipo.

Todo a nuestro alrededor está dispuesto para que tengamos relaciones sexuales sin ningún problema pero resulta que no: un estudio publicado por The Washington Post ha demostrado que los jóvenes cada vez practican menos sexo, sobre todo los hombres. Y hay algunos motivos que lo explican. Somos la generación más liberada en lo que a sexualidad se refiere y, sin embargo, en el año 2018 se ha alcanzado el máximo histórico de jóvenes que respondieron no haber tenido relaciones sexuales. Los estudios y encuestas que se han hecho respecto a esta realidad indican que las últimas tres décadas han estado marcadas por el envejecimiento de la población y un mayor número de personas sin pareja. Sin embargo, hay un motivo principal que genera este letargo: nuestra vida moderna y mayoritariamente online.

La escala muestra que más de un 23% de los encuestados que no practicaron sexo tenían entre 18 y 29 años y la mayor parte de ellos son hombres. Como explicábamos, el motivo principal reside en que pasamos mayor parte del tiempo online: utilizando Instagram, con la cara pegada al móvil, viendo Netflix u otras plataformas de streaming y jugando a videojuegos. De hecho, se explica que el primer año en el que esta costumbre tan saludable empezó a disminuir fue el 2007, cuando se lanzó el primer iPhone. No obstante hay algo que debemos remarcar sobre esta adicción cibernética y es que, además, somos la cara pegada al móvil y estresadas.

El ritmo de trabajo, los horarios laborables que incluyen realizar un montón de horas extra y, también, el hecho tener un trabajo que no llene y no sea aquello que te hace feliz son algunos de los principales causantes de esta ansiedad y este estrés. Las redes nos hacen comparar nuestra vida con la de otras personas y esto, al disgustarnos, nos baja la autoestima y las ganas de practicar sexo. Con esta realidad ante nuestro ojos habría que hacer algo: intentar dejar de depender tanto de los teléfonos móviles y todo aquello que nos lleve a no tener un contacto directo con lo que está a nuestro alrededor. Hay que recordar qué bueno era conocer gente en el parque, en un bar o en una terraza. Ojalá que la llegada del verano nos impulse a ello.