Hablas fatal y seguro que cometes alguno de estos errores

Entre hablar perfectamente y hablar mal del todo existe un espacio en el que algunas palabras o fórmulas incorrectas se cuelan haciéndose pasar por comunes

La Real Academia Española ha aceptado entre sus páginas algunas palabras que sabemos que están mal. Almóndiga o asín son solo algunas de ellas. El lenguaje sirve para comunicarnos y entendernos y está claro que se puede utilizar perfectamente o que se puede utilizar de forma completamente incorrecta. Entre ambos extremos hay muchas fórmulas frases enteras o palabras que se cuelan haciéndose pasar por comunes y, en realidad, no lo son. Algunas pueden ser consideradas como errores y otras como vicios: incorrecciones que se han convertido en norma.

El lingüista debe ser consciente de que estos 'fallos' pueden ser comunes y su trabajo es averiguar por qué suceden o a qué se deben. En el libro Las 101 cagadas del español Espasa de la autora Maria Irazusta también se recoge otra gran parte de las 'meteduras de pata' más comunes que existen en esta lengua. Muchas de ellas las utilizamos todxs.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Para bien y para mal siempre nos quedará Google.

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Pleonasmo

Este vicio es uno de los más comunes y consiste en utilizar palabras innecesarias para enfatizar una oración: algo que se supone que no tiene discusión, como si fuera una verdad absoluta. Algunos ejemplos: "lo vi con mis propios ojos", "bajó hacia abajo" o "me quedé helado de frío". Esto se llamaría pleonasmo también entendido como redundancia.

Apócope

Según la definición del diccionario este vicio es la "supresión o pérdida de uno o más sonidos en posición final de palabra". Muchos de ellos son frecuentemente utilizados y no están mal al menos no del todo: son resultado de la evolución del lenguaje. Un ejemplo puede ser: "Es el primer capítulo del libro", la palabra 'primer' es un apócope de la palabra 'primero'. Lo correcto sería decir: "Es el capítulo primero del libro".

Metátesis

Es aquí donde entran todas las palabras que la RAE ha ido aceptando como almóndiga, murciégalo, asín o vagamundo. Consiste en cambiar de lugar un sonido dentro de una palabra. No ocurre muy a menudo pero, como se ve en estos ejemplos, algunos han sido aceptados.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Ojalá que no.⁠ ⁠ Foto de @este.mensaje.fue.eliminado

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Arcaísmo

Los elementos lingüísticos que forman los arcaísmos son aquellos cuyas fórmulas o significados han caído en desuso dentro del español. La mayoría se han dejado de utilizar pero hay lugares donde siguen existiendo. Por ejemplo el haiga o el vos son formas antiguas que se han conservado.

Lo mejor dentro de estos casos es ser consciente de que ocurren e intentar cambiarlos. Si ves o escuchas a alguien que habla con algunos de estos vicios, lo ideal es que lo ayudes a que se de cuenta de que está mal y de por qué lo está. Lo que nunca debe ocurrir es intentar utilizar estas diferencias o 'fallos' para descalificar a los demás.