La explicación científica de que huelas la lluvia antes de que empiece a caer

La lluvia no posee olor pero las partículas del suelo desprenden una combinación aromática llamada petricor

La hueles. No ha caído una sola gota de lluvia pero la hueles. Y, aunque el cielo está totalmente despejado, el universo te da la razón horas más tarde con la llegada de un nubarrón bíblico que descarga toda su ira sobre vuestras cabezas. Pero no: ni tienes poderes sobrenaturales, ni el cosmos te habla, ni estás loco. Eso que acaba de ocurrirte, y que ha debido ocurrirte muchas otras veces, le ocurre a todo dios que tenga un par de fosas nasales en la cara. Porque sí, tiene una explicación científica. En concreto, ese fenómeno que te permite anticipar el diluvio es responsabilidad directa de unos microorganismos llamados actinobacterias.

Estos pequeños seres, según recoge The Conversation, descomponen la materia orgánica en compuestos químicos más simples como, entre muchos otros, la geosmina. Un alcohol cuyo olor resulta especialmente intenso para los seres humanos hasta el punto de que podemos oler unas cuantas moléculas de geosmin entre otras billones de moléculas flotantes en el aire. De hecho, este compuesto es el principal ingrediente de esa combinación aromática que olemos cuando llueve y que varios científicos australianos bautizaron como petricor en 1964. No es la lluvia, inodora, lo que olemos, sino el petricor. Pero, ¿por qué?

La respuesta la tiene Tim Logan, profesor asistente de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Texas: "Cuando las gotas de lluvia caen al suelo salpican y expulsan el geosmin y otros compuestos del petricor que puedan estar presentes en el suelo o disueltos dentro de la gota de lluvia en forma de aerosoles". Eso explica que "olamos la lluvia" cuando llueve, pero también que la olamos previamente. "Si la lluvia es lo suficientemente fuerte, el petricor puede viajar rápidamente y alertar a las personas de que la lluvia pronto estará de camino", explica el científico. Un mecanismo eficaz y tremendamente agradable.