Audiencias de todo el mundo han hecho virales bailes extrañamente coordinados en TikTok. Cumpleaños infantiles que terminan en estirones de pelo. Retos que a veces no hemos llegado a entender. Memes de Los Simpson burlándose de los ‘chivatos’ durante la cuarentena. O incluso a un lagarto de tres metros trepando por la estantería de una tienda en Tailandia. Lo hemos visto casi todo. Pero pocas veces hemos visto hacerse virales a esos atípicos youtubers que en rara ocasión se dejan ver: las personas mayores.
Una de las excepciones la protagoniza doña Ninfa. La anciana mexicana de 87 años que se hizo viral en YouTube tras pedir a los usuarios que se suscribieran a su canal de cocina Cocinando con Ninfa y visualizaran sus vídeos. ¿La razón? Monetizar su contenido para subsistir. “Esta vez no voy a cocinar nada. Voy a necesitar vuestra ayuda. Como muchos sabéis tengo 87 años y pronto va a ser mi cumpleaños”, dijo en el vídeo con el que pretendía darle un vuelco a su vida. “Soy una persona mayor y pobre, que ya no puedo trabajar, pero sí puedo compartirles mis recetas sencillitas. Una ayudita estaría muy bien porque ya no me puedo ganar un peso en otra cosa”, agregó.
Para entender mejor las palabras de doña Ninfa, debemos remontarnos al origen de su canal de YouTube. Quiso empezar su proyecto en 2019, pero la falta de recursos la obligaron a posponerlo. Cuando por fin consiguió un móvil en abril de 2020, empezó a enfrentarse al vértigo que supone hablar ante una cámara con más de 80 años. Era todo un reto, pero se sentía feliz por tener la oportunidad de cocinar ante miles de ojos desconocidos. En setiembre algunos de sus vídeos ya superaban las 2.000 reproducciones y en octubre llegó a los 4.000 subscriptores. No podía creérselo.
Pero, a veces todo lo que sube baja, y eso lo vivió doña Ninfa cuando el pasado diciembre las reproducciones de sus vídeos empezaron a caer en picado. No llegaba ni a las 300 visitas y su meta de subsistir haciendo una de las cosas que más le apasiona se había esfumado. No se dio por vencida. De ahí surgió la idea de sincerarse de verdad con la comunidad de YouTube, de hacer el pasado 10 de abril un llamamiento para poder ganarse la vida cocinando. “Espero contar con tu apoyo para que esto cambie. No me pongo tan triste porque sé que me vais a ayudar a llegar a las 4.000 horas de reproducción antes del 13 de abril”, dijo con esperanza, aunque sin saber que su contenido llegaría tan lejos como para hacerse viral.
Hoy este vídeo ya ha acumulado más de 1,4 millones de visualizaciones, ha pasado de tener 4.577 suscriptores a los 812.000 actuales y el pasado 17 de abril compartió una última publicación para agradecer la ayuda a la comunidad y celebrar su primer cumpleaños como youtuber: “Cuando me di cuenta de que llevábamos más de 200.000 visitas lloré de la emoción. Es muy bonito ver lo que se puede lograr con la unión”. Y también con la tenacidad de una persona mayor y con experiencia que desconoce qué significa rendirse.