Deberías centrarte en mejorar cada día en vez de obsesionarte con ser feliz

Sócrates, Aristóteles y Epicuro tienen consejos pequeños pero que prometen resultados muy grandes

Me parece que fue un influencer del mundo de la salud quien puso una publicación en Instagram que decía que si te levantabas una hora antes todos los días podías invertir 20 minutos en meditar, 20 minutos en prepararte un buen desayuno para comerlo con calma y otros 20 en hacer unos pocos estiramientos y ejercicios de movilidad. Y con semejante planning se suponía, según este individuo, que ibas a ser mucho más feliz en esta miserable vida. En el fondo es algo para arrancarse los ojos. Al fin y al cabo, no tendré yo bastantes cosas que hacer como para empezar a agobiarme con que necesito dedicarle todavía más tiempo a mi bienestar y a mi felicidad. Realmente el único objetivo vital que persigo es no tener que madrugar siete días a la semana por el resto de mis días, y esta especie de psicópata quería robarme una hora más para que tuviese que aguantar esta horrible existencia siendo más productivo y, en teoría, feliz.

¿Y si la felicidad no lo es todo?

El problema real en todo esto es la obsesión enfermiza y sinsentido con la estúpida felicidad. Es como cuando Carolina Durante cantan eso de “ser feliz es aburrido”. Más aún, no solo no tiene ninguna gracia sino que no existe, principalmente porque siempre te puede venir alguna desgracia que lo arruine todo. Tú puedes estar estupendo y en la flor de la vida, que como alguien en un coche vaya hablando por el móvil se te puede cortar todo. Esto hace que la felicidad sea algo incontrolable, que no dependa directamente de ti y que siempre puede escaparse de tus manos. En cambio, lo que sí que depende de ti es intentar y conseguir llevar, dentro de tus posibilidades, una vida buena, la eudaimonía.

Este es un concepto griego que se tradujo y se puede traducir de múltiples maneras, pero que podemos entender como un “ni tan mal, oye”. Consiste en desarrollar tu carácter y tu forma de ser para alcanzar tu propia excelencia, de manera que estés plenamente a gusto contigo mismx. Buscar la eduaimonía es concentrarte en algo que realmente puedes controlar y que está en tu mano mejorar para que todo sea más soportable. Es decir: te llevas mejor contigo y con lo que te rodea.

Así como la felicidad parece pautada por rutinas de ejercicio, comida saludable, naturaleza y demás, la eudaimonía es una especie de camino personal y único; se trata de algo a lo que se puede llegar por diferentes vías, y los filósofos clásicos griegos fueron los que más opciones aportaron.

Haz lo que tengas que hacer

¿Te ha pasado alguna vez eso de que sabes que tienes que hacer algo, aunque no te apetezca? ¿Y, que aun sabiendo que no va a ser lo que más te vaya a beneficiar, terminas haciéndolo porque crees que es lo correcto? Pues para Sócrates está precisamente ahí el secreto de la eudaimonía. Haz lo correcto. Aunque tu crush se vaya con otrx, aunque termines aguantando al amigx borracho de turno en lugar de seguir la fiesta o aunque te pases el sábado por la noche en casa para no liarla demasiado. Todos estos ejemplos sirven para ilustrar lo que decía Sócrates. Básicamente, que la buena conciencia es la mejor almohada.

Piensa antes de estropearlo todo

Aristóteles tiene una idea bastante interesante. Dado que los humanos somos animales racionales, alcanzaremos nuestra vida plena y buena cuando seamos capaces de utilizar el raciocinio en nuestras vidas. Suena a nuevo y a algo poco común que no solemos hacer, pero no por eso tendríamos que tener miedo de probar. Su ejemplo sería algo así del tipo: “piensa un poco, ¿vas a hacerte TikTok a tus casi 30 años? Por favor…”. Pues eso, que la cabeza está para algo, y en nuestro caso está para utilizarla.

Céntrate en las buenas cosas

Epicuro fue el creador del epicureísmo, la filosofía que defendía la búsqueda del placer por encima de cualquier otra cosa. Pero lejos de ser una especie de festín y de orgía, en realidad esta escuela de pensamiento hablaba de placeres sencillos y profundos, es decir: aquellos que sientan bien al cuerpo. Para Epicuro la vida buena y el correcto desarrollo del carácter está en sostener esos placeres en el tiempo, en ser capaces de llevar rutinas que nos hagan bien y en poder disfrutarlas sin arrepentimiento. Lo más interesante de su pensamiento es la máxima de que hay que alejarse, sí o sí, del dolor. En otras palabras: tienes que dejar de darte cabezazos contra un muro, por pura salud mental.

Más importante que cualquier rutina supuestamente saludable para alcanzar la felicidad es que te lleves bien contigo mismx. Te vas a tener que soportar durante toda tu vida, y solo tú vas a estar en los peores momentos que atravieses. Por lo tanto, no te concentres en ser feliz, concéntrate en mejorar.

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