Ya suena tan redundante que parece hasta estúpido decirlo. Con el confinamiento que de las dos últimas semanas para intentar frenar los contagios por coornavirus, hemos buscado todo tipo de planes: desde yoga por Youtube hasta recetas que no se nos habrían pasado jamás por la cabeza, hasta cursos de escritura creativa por Instagram Stories, tutoriales para aprender a hacerte las uñas o bibliotecas digitales infinitas que no te acabarías ni en una pandemia que durara toda la vida.
Cada uno ha sacado lo mejor de sus hobbies pero el que no falta nunca es la tele. El consumo de las televisiones se ha disparado hasta un 40% y el coronavirus ha dado a las plataformas de streaming el empujón que les faltaba para acabar de llegar prácticamente a todas las casas de España. También ayuda que la semana pasada Disney+ aterrizó en el país, con el alivio que esto supone para miles de familias que viven con niños. Netflix, HBO, Filmin, Amazon Prime... hay tantas que ya lo único que pueden hacer es aliarse con las teleoperadoras para intentar llegar a ti.
Pero atención porque todo negocio viene con su contrapartida de ladrones y los hackers están haciendo su agosto este mes de marzo robando contraseñas y revendiéndolas a terceros que no tienen ni idea de que lo que están contratando es ilegal. "No hace falta entrar en la deep web para conseguir una cuenta que ha sido sustraída", explica un artículo de El País. El diario ha hablado con Fernando Anaya, responsable de desarrollo de negocio de Proofpoint para España y Portugal, que apunta que las contraseñas se ponen a la venta en comercios electrónicos o mercados específicos a precios más baratos, pero con garantías, un número de contacto y una apariencia totalmente legal para que no los pillen.
Por lo general, las plataformas no hacen descuentos que apunten a chollos. Estas semanas se han visto ofertas de suscripciones "especial Covid-19" a 6 euros cuando el precio habitual ronda los 10. Sospecha porque no es normal, por muy legal que parezca la página. Hay dos tipos de robo de credenciales habituales: el malware y el phising. En el primer caso, los ladrones te insertan un código malicioso para entrar a tu ordenador a través de tu correo o algunas webs y robarte así tus contraseñas. Así, cuando tú entras a alguna página donde te pide la contraseña, ellos te la roban. En el segundo, crean unas pantallas que a ti te pueden recordar a las plataformas legales, pero no lo son. Así tú introduces tus datos sin dudarlo dos veces y ellos se los quedan. Y, bueno, si tienes la misma en todos lados, ya sabes lo que te espera.
Otras organizaciones que han denunciado robos de identidades son bancos, la Seguridad Social y hasta la policía. En tiempos de cuarentena, cuando todo lo tienes que firmar desde tu móvil u ordenador, es más fácil que nunca atacar a los más débiles, que no saben cómo funciona todo esto y acaban estafados. Ya sabes, aunque cueste un poquito más, siempre es mejor ir a las páginas oficiales de las plataformas.