El asco que podemos dar cuando viajamos en una low cost contado por una azafata
Aires de superioridad, insultos, amenazas y agresiones son algunas de las actitudes que el personal de los aeropuertos tiene que soportar diariamente
Mileniales
Probablemente hayas contado alguna vez esa desagradable anécdota con una azafata de tierra que no te permitó subir tu maletita al avión. O esa otra con un azafato de lo más desconsiderado. Todos tenemos una o dos en nuestro historial. Pero, ¿qué pasa con ellos? ¿Qué pasa con quienes, día tras día, tienen que lidiar con gente como nosotros en los aeropuertos? Pues que tienen miles de anécdotas donde somos nosotros quienes no salimos muy bien parados. Y la usuaria de Twitter @Tacirupeca, quien asegura haber trabajado como azafata de tierra para una compañía low-cost, lleva varios días contando algunas de ellas en un hilo brutal en Twitter.
He decidido que voy a hacer un hilo con todas la historias que me pasaron trabajando en una aerolínea low-cost, porque sí, porque os lo merecéis todos mis followers, por majos, los cuatro. #embarcacomopuedas
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 20 de noviembre de 2018
“He decidido que voy a hacer un hilo con todas las historias que me pasaron trabajando en una aerolínea low-cost”, comienza ese #embarcacomopuedas que está enganchado a cientos de personas. Para empezar, Tacirupeca cuenta cómo, a pesar de que la aerolínea envía a los pasajeros vía email las normas de equipaje, no se las “leía nadie y entonces les tocaba pagar y ahí venían los dramas”. Dramas para ellos pero también para el personal: “Creo que nunca me han llamado puta o hija de puta más veces que trabajando allí”. Y, en concreto, cuenta una historia que prueba cuanto asco podemos llegar a dar:
Una vez vino una chica y ya en la cola de embarque la vi con su maleta, su bolso y su portátil. Ella no me vio a mí y la escuché hablando con unos chicos diciendo que ella siempre llevaba mucho más equipaje de mano del permitido, que a veces colaba y a veces no.
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 20 de noviembre de 2018
Se ve que no se había topado conmigo antes... Entonces me acerqué y le dije que tenía que meterlo todo en uno o facturar, así que hizo el amago de meterlo con mala cara pero no lo consiguió.
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 20 de noviembre de 2018
Se esperó hasta el final para pagar la maleta con tarjeta de crédito pero por algún motivo su tarjeta daba error y no llevaba efectivo. Cuando vi el percal, avisé que ya no iba a bajar nadie más y me acerqué disimuladamente a cerrar la puerta de embarque.
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 20 de noviembre de 2018
Ella se dio cuenta, así que empezó a decir que no podía perder el vuelo, que se casaba su hermana y que no sabíamos quién era, que ella trabajaba en recursos humanos.
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 20 de noviembre de 2018
Ciertamente trabajaba en recursos humanos, pero de una tienda de ropa 🤷🏼♀️
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 20 de noviembre de 2018
Ella cogió sus cosas y no se lo pensó, salió corriendo a través de la puerta de embarque. A mí me pegó un empujón que me clavó el pomo de la puerta así que no me dio tiempo a salir tras ella.
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 20 de noviembre de 2018
Cuando llegó abajo, el avión estaba rodando por la pista y ella se puso a perseguirlo como el que persigue el autobús que va al pueblo, pegando gritos y diciendo "paren el avión, paren el avión".
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 20 de noviembre de 2018
Para los que no sepáis nada de seguridad aérea o no hayáis visto Lost, la turbina de un avión puede literalmente chupar a un ser humano #JustSaying
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 20 de noviembre de 2018
Llamamos a la guardia civil para que la sacaran de la pista y allí estaba yo con ellos pegando gritos desde una valla "señora vuelva" pero ella seguía intentando correr más que el avión. Yo aún no sé qué creía que iba a pasar, ¿que le iban a tirar una escalera de cuerda?
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 20 de noviembre de 2018
Finalmente cuando vio que sus piernas no daban más de sí volvió con el rabo entre las piernas.
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 20 de noviembre de 2018
Lo suyo igual hubiera sido que la guardia civil le pusiera una denuncia, no sé, por arriesgar sus vida y la de cientos de personas, pero no. Dejaron que se fuera tan campante.
Me planteé denunciarla por agresión, pero al final lo dejé correr. Lo que ella no dejó correr es que la dejáramos en tierra y tuvo la valentía de ponernos una hoja de reclamaciones por no haberla dejado subir al avión. La parte de meterse en la pista la obvió en dicha hoja.
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 20 de noviembre de 2018
La violencia tampoco le fue ajena a esta presunta azafata de facturación durante su odisea lidiando con lo pasajeros. “Agresiones he tenido varias mientras trabajaba en la compañía, algunas las denuncié, otras no”. Desde tirarle una bola de papel al grito de “te vas a meter la hoja de reclamaciones por el culo” a las innumerables veces que era insultada, situación en la que debía dejar fuera al agresor ya que “una norma de la compañía es que no podían viajar pasajeros que fueran violentos”, pasando por la surrealista historia donde toda una familia le anunció amablemente que iban a pegarle una paliza:
La muchacha vino acompañada de sus padres y venía sin tarjeta de embarque, así que tenía que pagar 35€ si no recuerdo mal. Además quería facturar maleta que tampoco tenía pagada, otros tantos euros.
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 21 de noviembre de 2018
La criatura que iba en plan low cost se dio cuenta de que le iba a salir el collar más caro que el perro. Empezó a llorar, a suplicar, en fin, a todo lo que pudo, pero no había nada que se pudiera hacer. Una vez pasada cierta hora ya no se puede hacer checkin online.
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 21 de noviembre de 2018
He de decir, que a pesar de todo la chica en todo momento fue muy educada, insistente, pero educada. Total que va a hablar con los padres llorando y vuelven y ellos con la misma educación me dicen que no es posible, que tengo que hacer algo por ellos.
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 21 de noviembre de 2018
Ellos empiezan a hablar y deciden que si no les ayudo lo que tendrán que hacer es pegarme una paliza. Así me lo comunican, con mucha educación “mira, si no nos haces esto gratis pues te tendremos que pegar una paliza” O_o pic.twitter.com/7nIcRwdn8Y
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 21 de noviembre de 2018
Yo ahí no tenía muy claro qué hacer o dejar de hacer. Ellos se apartaron después de comunicarme esto y me dejaron seguir trabajando con normalidad. Sin gritos, sin exaltarse. Solo con la amenaza.
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 21 de noviembre de 2018
En una de estas se acerca el padre de nuevo “perdona, ¿aquí hay cámaras verdad? Es que no las veo, pero me imagino que las hay, y aquí no te podemos pegar”
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 21 de noviembre de 2018
Pero que me estás contando???? pic.twitter.com/UOZKh1fEpW
El vuelo era de los primeros de la mañana, así que a mí me quedaba un largo día aún (mis turnos de mañana solían ser de unas 10 horas), así que en cierto momento cierro mi facturación y se acercan con cara de ilusión.
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 21 de noviembre de 2018
-¿Te vas ya?
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 21 de noviembre de 2018
-Me voy a embarcar (que no sé para qué le digo yo nada)
-Ah, ¿Y luego vuelves?
-…. No se lo voy a decir
-Bueno, nos quedamos por aquí para esperarte y pegarte luego a la salida
Ellos seguían en sus trece.
Ya una vez en el embarque llamé a seguridad porque no quería hacerlo delante de ellos. Me dijeron que iban a vigilar por las cámaras a ver qué pasaba. Los de seguridad no nos tenían mucho cariño a los de mi compañía todo sea dicho.
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 21 de noviembre de 2018
En cierto momento se me acerca el padre con mucha educación:
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 21 de noviembre de 2018
-Perdona, pero es que tengo el coche en el parking y esto me está costando carísimo. ¿Me puedes decir a qué hora sales?
-…. No.
-Hombre, es que a lo tonto a lo tonto llevamos aquí ya varias horas, y claro, es que no va a salir muy caro. Mejor nos vamos a casa y volvemos luego para pegarte a la salida
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 21 de noviembre de 2018
-…
Yo en lo que iba de mañana ya había elaborado un plan de escape en caso de que lo necesitara, porque habitualmente salía por la misma puerta que los pasajeros y ya me iba al parking de empleados.
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 21 de noviembre de 2018
Mi plan de huida incluía a los chicos de rampa y salir por donde está prohibido, pero ya era una cuestión de integridad física.
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 21 de noviembre de 2018
Una hora después de esa conversación la familia se marchó cabizbaja y estuvieron muy tristes porque no me dejé dar una paliza, que le vamos a hacer. pic.twitter.com/DJKfQpyL7Y
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 21 de noviembre de 2018
Además, la autora recalca los aires de superioridad con los que algunos pasajeros tratan al personal de los aeropuertos. "Ella recalcó mucho que era ingeniera, no como nosotros que éramos unos mierdas”, apunta Tacirupeca. Una historia que, fruto del mal comportamiento de la pasajera y un error comunicativo de los azafatos, terminó con la “ingeniera” embarcando sin maleta. “La verdad es que todo fue sin querer pero nos estuvimos riendo todo el puente de la ingeniera sin bragas”. Aunque matiza: “Oye, que si vinieras con todo bien yo sería super agradable”. Probablemente mucho más que algunos de nosotros a veces.
La verdad es que todo fue sin querer pero nos estuvimos riendo todo el puente (puente que trabajamos como los pringaos que éramos) de la ingeniera sin bragas 🤷🏼♀️
— Tacirupeca (@Tacirupeca) 21 de noviembre de 2018