Cuando aceptes que la vida no tiene sentido podrás empezar a ser feliz

El nihilismo vuelve a ser el protagonista: que la existencia no tenga sentido es motivo de celebración

¿Por qué estás tan preocupadx por todo? Ya está bien, ¿no? Queja tras queja, nada te contenta, frunces el ceño, miras mal o generas incomodidad. Seguramente en ese bucle de descontentos veas que, cada uno de ellos, tiene sentido: están argumentados y tienen una base sólida pero, ¿a quién le importa? Solamente a ti. De verdad, no le importa a nadie más que a ti. Esto le pasa a cada persona a su manera. Vamos navegando en la frustración, sintiendo que tenemos que hacerlo bien para tener una vida plena. Quizás tenemos la perspectiva equivocada. Y la generación Z se está tomando las cosas con una filosofía distinta.

"No puedo explicar lo aliviada que me sentí. De pie a un lado de la carretera, miré al cielo y pensé: 'Solo soy un trozo de carne que se precipita por el espacio sobre una roca. Sin sentido, inútil'. Fue una de las revelaciones más reconfortantes de mi vida. Había descubierto el nihilismo". Así lo explica Wendy Syfret en un artículo para The Guardian. Esta forma de entender la vida se ha asociada al filósofo Friedrich Nietzsche, que propuso que la existencia no tiene sentido y que los códigos morales carecen de valor. Para resumir, las generaciones pasadas lo entendían como una causa de preocupación: agobio y estrés por esta verdad tan dura y por la falta de referentes. Sin embargo, la nueva generación la Z, nacidos a finales de 1990 y principios del 2000 siente optimismo ante esta realidad: si la vida no tiene sentido, puedo vivir más tranquilx y disfrutar con calidad

El nihilismo moderno se ha perfeccionado a través de memes y chistes de Twitter. Se manifiesta con adolescentes que entienden que la nada o que la vida sin más les da más libertad y les genera diversión. Ahora bien, ¿estamos presenciando una nueva generación de nihilistas optimistas o estamos ante una generación que busca excusas para no hacer nada? La respuesta no la tenemos nosotrxs, desde luego. Habrá que ver cuál es el curso que siguen y cómo se desarrollan. De momento son la primera generación en adquirir desde la infancia una conciencia por el medio ambiente y de involucrarse en la lucha. No está nada mal.

Y no es lo único, esta forma de entender la vida funciona como bálsamo para un grupo que se está agotando por las crisis económicas, las crisis de vivienda y tener una calidad de vida muy buena que pueda reflejar, cómo no, en Instagram. Elias Skjoldborg, estudiante de tercer año en Hanwood Union en Vermont Estados Unidos, dio una charla de TEDx sobre nihilismo optimista a la que tituló: "Cómo ser un emo feliz". Dentro de su discurso había una idea muy clara: si murieras en este momento no habría diferencia en el panorama general y si nunca hubieras nacido a nadie le importaría.Y eso no es malo, que la vida no tenga sentido no es una razón para estar triste.

Si nuestras vidas son innecesarias, entonces la única directiva que tenemos es descubrir cómo encontrar la felicidad en nuestro día a día para que esta existencia sin sentido sea, al menos, placentera. Esto es un empujón para, por ejemplo, en lugar de generar problemas y enfrentamientos, ayudar a resolverlos. Una de las muchas críticas al nihilismo es que deja paso a un egoísmo incontrolado. Es el siguiente paso lógico si crees que no hay nada que ganar de la vida, excepto la felicidad personal y el placer propio. Sin embargo, para las personas que han absorbido este mensaje, la tendencia no es hacia la codicia, sino hacia la mentalidad comunitaria. Cada cual lo puede adaptar a su propia manera de vivir.