Su profesor le regaló un móvil para que le enviara fotos desnuda

Un estudio de la Internet Watch Foundation revela que el 80% de los selfies sexuales pertenecen a menores de edad

María es indígena, tiene 13 años y es de un pueblo de Chiapas, una zona rural del sur de México donde con suerte hay internet. Sabiendo que sus alumnas son mujeres vulnerables y con un uso de la tecnología precario, un profesor suyo le regaló un móvil y empezó a pedirle fotos desnuda. No eran solo para él, sino para difundirlas en DVDs que se venden en mercadillos de pueblo y publicarlas en páginas porno que luego ven millones de usuarios de todo el mundo, porque ahora el "etnoporno" fantasías sexuales con personas de otras etnias es una moda que está convirtiendo en cebo a mujeres de zonas rurales de todo el mundo sin que ellas lo sepan. Y cuando afecta a las menores, como María, se convierte también en pedofilia.

De hecho, como explica la BBC, el caso es masivo. El 80% de los selfies sexuales analizados para un informe de la Internet Watch Foundation IWF, una organización británica, eran de menores. Solo el año pasado, el organismo encontró 37.000 imágenes de niñas y adolescentes desnudas en la red, menores de entre 11 y 13 años que "son engañadas y obligadas a realizar actos sexuales ante sus propias cámaras web y teléfonos", y eso que no alcanzan a rastrear ni mucho menos toda la red. Es un aumento del 26% en comparación con 2018. A María, para que siguiera enviando material, la empezó a extorsionar una mujer que ella ni conocía, que estaba en otra parte de México y que le pedía cada vez fotos y vídeos más fuertes. No solo le pedía que se grabara masturbándose, sino que hasta la obligaron a convencer a otra niña de 10 años para que lo hiciera.

Al final, se asustó y lo contó todo. En Chiapas y otros estados de México, la conocida como "ley Olimpia" castiga con penas de entre tres y seis años de cárcel delitos como distribuir contenido sexual sin consentimiento, pero a menudo, los casos se pierden en la justicia mexicana. En España, las penas son aún menores, de hasta un año de cárcel.

Porque el problema no es solo el este polémico concepto del "etnoporno", que ha indignado en México porque, obviamente, lo consideran directamente pederastia no se trata de especificar que se trata de un problema racial, sino destacar la edad de las víctimas. La amenaza es alarmante en todo el mundo, según IWF. En su estudio aparecen incluso chicas leyendo mensajes de desconocidos que les pedían hacer una cosa u otra y que en un tercio de los casos, eran terceras personas las pedían a las menores hacerse selfies y grabarse con el móvil en su propio cuarto mientras se masturbaban. "Las menores fueron preparadas, coaccionadas y engañadas para que actúen sexualmente por cámara web", explica la directora ejecutiva de la institución, Susie Hargreaves Hargreaves, a la BBC. "Todavía se están desarrollando físicamente y no tienen la madurez emocional para comprender lo que está sucediendo", apunta.

Las historias como la de María no son tan fáciles de encontrar, lo que sí es facilísimo es ver sus vídeos en páginas que todos miramos. Es muy importante que utilicemos las herramientas que tenemos a nuestro alcance para denunciar estos abusos. Ellas no siempre tienen la valentía de hacerlo.