Por qué el permiso menstrual ya debería ser un derecho en nuestro país

Los dolores de la regla aún no han conseguido que las empresas españolas se adapten a los ciclos menstruales

Te ha venido la regla. Sientes que tus energías están por los suelos, que el dolor se hace con tu abdomen o que estás un poco más sensible de lo habitual. Está claro que no es tu mejor momento para trabajar, que durante 4, 5 o 6 días seguramente no estarás al 100%, pero en tu lugar de trabajo se espera que estés casi siempre al 100%. Es lo que toca aguantar 28 días al mes: darlo todo para que la llegada de la mancha de sangre no perjudique a tu productividad. Aguantas porque llevas toda la vida haciéndolo, pero la verdad es que puede ser muy agotador.

Se trata de un problema que ha vuelto a poner sobre la mesa el Ayuntamiento de Girona, que probablemente aprobará en junio un permiso menstrual para las trabajadoras que se encuentren mal durante la regla. La medida ha sido impulsada por el sindicato Intersindical, dará a las empleadas el derecho de ausentarse ocho horas al mes y marcará un antes y un después en las vidas de un incontable número de mujeres. ¿El motivo? Según indicó al diario El Salto  la representante de la Intersindical,  Èrika Andreu, no existen iniciativas similares en toda España, como si no existiera la llamada de nuestro sistema reproductivo y los bebés bajaran volando del cielo sobre una cigüeña.

La menstruación es mucho más que pasar unos días ‘flojos’ teñidos de rojo. Así lo aborda en una entrevista a La Vanguardia Paloma Alma, autora del libro ‘Cyclo’, sobre las diferentes facetas de la regla. “Las empresas deberían favorecer la confianza en sus empleadas y permitirles coger un día o dos sin dar mayores explicaciones”, subrayó al hablar de una propuesta que, según añadió, debería adaptarse a las distintas etapas del ciclo menstrual. En otras palabras, que los horarios laborales respeten unos cambios hormonales que nunca elegimos tener.

Alma recordó que mientras en la semana preovulatoria estamos llenas de energía y es ideal para “desarrollar pensamientos positivos, defender proyectos, poner en marcha nuevas ideas, socializar, salir y explorar”, en la semana menstrual la energía es introspectiva y lo mejor es “reducir al máximo las actividades sociales, bajar el ritmo o acostarse pronto”. Es en esos días cuando deberíamos poder decir sin miedo ni vergüenza lo que necesitamos: marcharnos un poco antes a casa sabiendo que días mejores no tardarán en llegar.

En España los permisos por regla son equivalentes a la actual realidad de las colas de las discotecas: no las vemos. Pero en países como Italia, Corea del Sur o Japón sí que cuentan con iniciativas de este tipo. El país nipón la hizo realidad en 1947 y, aunque nosotros ya llevamos unas cuantas décadas de retraso, la iniciativa del Ayuntamiento de Girona podría marcar un precedente. Podría influenciar positivamente a otros servicios públicos, empresas o fundaciones para que sus horarios sean coherentes con los ciclos menstruales de las empleadas y, por fin, podamos dar a la relación entre el trabajo y los días o horas más duras de la regla lo que siempre han necesitado: un poco de espacio.