Que pases un frío glacial en la oficina o la biblioteca podría ser culpa del patriarcado

La actriz y candidata a la gobernación de Nueva York, Cynthia Nixon, denunció el uso sexista del aire acondicionado en nuestra sociedad

Las mujeres pasan frío y la culpa podría ser del heteropatriarcado. Según un estudio llevado a cabo por dos biólogos humanos del Maastricht University Medical Center holandés, la referencia que toma nuestra sociedad para determinar la temperatura idónea del aire acondicionado es el metabolismo masculino. En concreto, y como señalan los resultados publicados en la revista Natura Climate Change, el metabolismo de un hombre de 40 años que pesa 70 kilos. Y ocurre que, sorpresa, los metabolismos masculinos y femeninos son diferentes, lo que provoca que muchas mujeres experimenten incomodidad en lugares claves como oficinas o comercios.

En concreto, y según los científicos Boris Kingma y Wouter van Marken, la temperatura estándar de los aires acondicionados suele rebasar en un 35% la tasa metabólica femenina. O dicho de otro modo: el organismo femenino precisa una temperatura tres grados superior que la requerida por el organismo de los hombres y presente donde quiera que vayamos. Una diferencia que puede acentuarse todavía más si consideramos los absurdos estándares de vestimenta tradicionales que rigen los lugares de trabajo: ellos con traje, ellas con vestidos. La temperatura, pues, también está al servicio de la sociedad patriarcal.

Pero esta injusticia no está pasando desapercibida. Hace unas semanas, y según difunde el diario El País, la candidata a la gobernación de Nueva York, Cynthia Nixon, propuso durante un debate político en la CBS que la temperatura del plató estuviese a 24,4 grados. Como explicaría más tarde la candidata mundialmente conocida por interpretar a Miranda Hobbes en la popular serie de la HBO Sexo en Nueva York, "la refrigeración de los espacios cerrados es notoriamente sexista". Pero Nixon no ha sido la única voz femenina en alzarse contra el uso machista del aire acondicionado.

Kerry Howley, famosa escritora estadounidense, respondía al debate abierto por la demócrata en su cuenta de Twitter: “Nunca me he sentido más involucrada en un debate político. El 49% de los americanos está controlando el 100% de los termostatos de oficina”. Aunque la anécdota ha generado también bastante oposición en redes sociales, donde muchos usuarios acusan a Nixon de generar conflicto de género de forma gratuita. Sin embargo, y como apunta El País, una temperatura incómoda no solo merma la productividad sino que, además, pone en riesgo la salud. La igualdad pasa por entender y respetar nuestras diferencias aunque eso significa subir un par de grados más la temperatura en tu oficina.