El ‘kit de la virginidad’ que promete reconstruirte el himen sin salir de casa

El negocio de las reconstrucciones de himen va desde algunas clínicas clandestinas hasta este tipo de packs que venden un producto para que finjas que aún eres virgen

La virginidad ha sido tradicionalmente valorada como algo casi sagrado en las sociedades patriarcales. Es por ello que, en algunos países, reconstruirse el himen puede ser sinónimo de aceptación social o, incluso, de supervivencia para muchas mujeres. Pero la locura en torno a algo tan simple como el uso de la vagina algo que solamente debería importar a su dueña ha alcanzado su máximo con la aparición de los kits de virginidad artificial. Es decir, packs de productos que puedes encontrar fácilmente por Internet para 'recuperar' la virginidad y hacerlo tú misma en tu casa, rollo DIY.

Dentro de este kit, que tiene un valor de 129,95 dólares más de 115 euros, vienen unas pastillas de virginidad artificial cápsulas que te introduces y que, al fundirse con el calor corporal, simulan la salida de sangre y también unos ‘óvulos’ para el estrechamiento de la vagina no sabemos a qué se refieren exactamente. Sí, un producto que, según afirman, hace que el interior de tu vagina se haga más pequeño para que realmente parezca que eres virgen. Todos los elementos, como explican a través de la web, son naturales y 100% saludables sin ningún tipo de complicación médica. Claro que sí, guapi.

Pero no es su más que dudosa fiabilidad o cómo afecta al cuerpo de la mujer lo único alarmante. Sino que su simple existencia ya debería ser objeto de crítica desde el minuto uno por no decir que directamente deberían estar expresamente prohibidos y fuera de internet.  Y es que, en el fondo, se trata de una serie de productos que añaden una vuelta de tuerca a otros tan machistas como las cremas antiarrugas para la vagina y que están al servicio del hombre y sus deseos en lugar de ayudar a la mujer. 

"Su pareja va a realmente sentir y creer que usted es virgen. La pareja solo se enfocará en su placer y disfrute. Porque sabemos que el día en que usará su kit de virginidad artificial es el día más importante de su vida, también hemos incluido algunos accesorios, como una toallita de higiene íntima natural, un par de guantes de látex de uso médico y un termómetro, para asegurarse que obtenga los mejores resultados posibles y al mismo tiempo asegurándose de mantener su salud vaginal, previniendo infecciones y efectos secundarios", explican en la web. Oh, vaya. Gracias por devolverme a la Edad Media con tu producto milagroso. 

Por desgracia, esta clase de kits no son las únicas vías de reconstrucción de himen que existen, también se encuentra la llamada himenoplastia: una cirugía reconstructiva que permite a la mujer recuperar el himen intacto. El precio de esta intervención oscila entre los 1.500 y los 3.500 euros y es la misma intervención que empleó Leticia Sabater para tener una vagina de adolescente a sus 48 años. Por suerte, esta práctica quirúrgica sigue siendo muy poco frecuente en nuestro país. En España, como explica la doctora María José Barba pionera en España por esta intervención la mayoría de pacientes que se someten a una himenoplastia son mujeres musulmanas o gitanas aproximadamente un 80%. El 20% restante se reparte entre prostitutas de lujo jóvenes que consiguen así aumentar su caché y mujeres maduras que lo hacen para hacer realidad ciertas fantasías o juegos con sus parejas.

Como explica en un artículo publicado en The Times la activista contra la mutilación genital femenina, Nimco Ali, este tipo de operaciones que tienen como objetivo restaurar el himen refuerzan una cultura de abuso muy presente en algunos lugares del planeta. En concreto, Ali recuerda que en Oriente Próximo la mayoría de las mujeres son obligadas a casarse y antes de este evento son sometidas a un test de virginidad. Esta prueba tiene como objetivo comprobar que su himen sigue intacto y es por ello que cualquier técnica que permita a superar la prueba refuerza la idea de que la mujer debe estar dispuesta a cualquier cosa incluso a poner en peligro su propia salud con productos poco fiables para preservar su virginidad, o al menos fingirlo. De lo contrario, esas mujeres no serán solo vejadas y excluidas de sus familias sino también podrían ser asesinadas por faltar a este principio que, desgraciadamente, se espera de ellas.

Así que, regresando al contexto de nuestro país donde la ley protege el cuerpo y el derecho a la intimidad de la mujer, intervenciones como la himenoplastia de los kits ya ni hablamos aparecen cargados con un tufo machista y absurdo no tiene ninguna utilidad física conocida que debería obligarnos a reflexionar sobre qué decisiones estamos tomando o se nos está induciendo a tomar sobre nuestro cuerpo a la hora de modificarlo por una moda, una apetencia sexual o una cuestión de estatus.