Nathy Peluso arrasa en un Mad Cool que no defrauda

Acaba el Mad Cool y lo hace con un cartel increíble donde brillaron las mejores bandas y artistas del ámbito internacional y local

Ya hace días que acabó el Mad Cool y todavía no hemos sido capaces de superar la imagen de Nathy Peluso bailando sobre uno de los grandes escenarios del festival que, este año, ha sobrepasado todos los récords de asistencia. Una edición que cierra por todo lo alto con más de 305.000 espectadores —la más multitudinaria hasta la fecha—, y que trajo hasta Madrid a algunas de las bandas más míticas del indie, el rock o el pop actual.

Metallica, Muse, Imagine Dragons o The Killers hicieron justo lo que se espera de ellos: llenar el recinto de amantes de la música. Cuatro días intensos, repletos de sorpresas y decenas de activaciones, como la de Coke Studio, donde unx podía ir y sentarse a descansar del murmullo de los escenarios, pero donde también podías bailar frente a la cámara de 360º que la marca había preparado y que fue todo un acierto.

El objetivo era claro: moverte, sonreír y posar a cámara mientras tus amigxs llenaban la galería de imágenes tuyas que luego nunca sabes dónde meter. Por suerte había alternativa al postureo que tanto nos gusta. Había algo más físico. De esos detalles que te ayudan a no olvidarte de que realmente fuiste con Miguel y con Clara al festival y no con otros amigxs. Fueron ellxs. Aunque podrían haber sido otros y con otros nombres, pero ahí está, vuestra cara de felicidad, que se quedó enmarcada en las fotos polaroid que Coca-Cola repartía a las personas que se acercaban a disfrutar de su experiencia.

Un festival que arrasa y sube puestos

Porque, otra cosa no, pero Mad Cool era como una pequeña ciudad dentro de algo mucho más grande. El recinto, repleto de escenarios y experiencias como la de Coke Studio, te invitaba literalmente a ser feliz, a coger una guitarra y cantar. Luego venía al fotito de rigor. Mientras, la música no paraba en ningún momento en un festival que muchxs ya dicen que respira Coachella por todos los costados.

Algo que no nos extraña. En el recinto todo el mundo daba una sensación de verano increíble. Todo parecía haberse relativizado. Como una cámara puesta del revés, yendo marcha atrás muy lentamente, consciente de que ese momento no se repetirá y que, ahora, solo te queda bailar a Nathy Peluso hasta el suelo mientras tus amigxs lloran de emoción.

Música en cada uno de sus rincones

Es así. La música nos hace felices, sube nuestra dopamina a niveles altísimos, nos deja flotando y luego nos acompaña cuando, tiempo después, esos momentos se quedan en nuestra memoria. Y sí, nos reímos recordando todo lo que pasó en aquellos cuatro días de festival en los que otra cosa no, pero hasta aprendiste inglés.

El recinto del Mad Cool no era precisamente un desierto, estaba lleno de gente de todas partes que habían llegado desde Inglaterra o Francia para disfrutar de artistas como Jack White o Sam Fender. Como era de esperar la M.O.D.A y Natos y Waor también hicieron lo suyo, dejando boquiabierto a medio festi.

Todo el mundo salió flotando de estos conciertos que dieron el broche final a un festival en el que, si cerramos los ojos, todavía podemos ver la silueta de Peluso; con sus ritmos latinos, su rap, su música electrónica, cantando ‘Puro Veneno’, llenado el festival con toda su energía y haciéndonos creer que, efectivamente, existen los milagros y que ella es uno de ellos. Visto lo visto, ¿cómo decir que no a una sexta edición? Habrá que esperar un año. Eso sí, las expectativas están bastante altas.