Haz memoria. Trae de vuelta todas esas bandas y artistas que solías escuchar hace unos años. Puede que algunas sigan teniendo un lugar en tu corazón debido a la nostalgia, pero la realidad es que no entiendes muy bien cómo podías pasar tantas horas sumergidx en una música así. Porque hoy no te sientes nada identificadx con ella. Cero. Pero no estás solx. Según una investigación internacional, basada en los datos del servicio de música Last.fm de más de 40.000 usuarixs a lo largo de más de 15 años, tu gusto musical va sufriendo un refinamiento constante conforme transcurren los años. Es una especie de evolución hacia tu propia maduración musical.
En concreto, y como apuntan desde Infosalus, el estudio “muestra que los usuarios más jóvenes escuchan una amplia gama de música popular contemporánea y siguen tendencias de la cultura popular”, pero su “gusto musical se vuelve más singular a medida que el oyente crece”. Y singular no significa mejor. Al fin y al cabo, y por más que puedan darse factores objetivos para medir la calidad artística, está claro que hay una fuerte subjetividad en todo esto. Lo que dice la investigación no es que tu paladar musical sea más delicado y vayas a terminar yendo a conciertos de música clásica, sino que va volviéndose más especial, más peculiar, más tuyo.
En general, y según los resultados del estudio, la relación de la gente con la música suele seguir un mismo patrón. Este comienza con la infancia y la adolescencia, donde lo que más influye en tu gusto musical es lo mainstream y lo que se escucha a tu alrededor. Luego, “en la transición de la adolescencia a la edad adulta, los hábitos musicales se amplían: se exploran más artistas y géneros, y la escucha se vuelve cada vez más variada”. Pero más tarde, conforme dejas atrás la adultez joven y entras en una edad más madura, “este espectro se reduce” y “las elecciones musicales se vuelven más personales e influenciadas por experiencias previas”.
Algo que encaja bastante bien con el proceso vital en general. Sí, durante la primera mitad de tu vida experimentas más con la gente, con el amor, con el sexo, con las pelis, con los modos de vida, con las ideologías, con las filosofías, con tus looks y con todo lo demás. Luego ya das con lo que mejor te sienta y te quedas ahí. Ya te conoces. Ya sabes lo que te mola y lo que te funciona. Estuvo bien probarlo todo, pero ya no tiene sentido. Además, dicen lxs autorxs del estudio, la madurez trae consigo un ingrediente de mucho peso en tus elecciones musicales y de todo tipo: la nostalgia. Escuchar cierta música te reconecta con tu pasado. Y ese es un vínculo muy potente.