Los artistas echan raíces en las grandes ciudades y renuncian a las giras

Los costes de desplazamiento y alojamiento pasan a la cuenta del espectador

El universo de los conciertos está cambiando a un ritmo increíble. Lo de meter con calzador artistas invitados para que suba el hype ya es casi una costumbre. Lo de los precios dinámicos está reventando las opciones de asistencia de una porción menos privilegiada de la gente. Y ahora encima, y como cuenta el periodista cultural David Gallardo, crece entre lxs artistas una nueva tendencia: la de no girar por los países y dar una serie de conciertos seguidos en un mismo lugar para ahorrarse los costes de desplazamiento y demás. Cada vez será más complicado ver a tu banda favorita en sitios que no sean Madrid o Barcelona. Ya lo estamos viendo.

Y por supuesto que no todos los casos son iguales. Sin ánimo de defender a nadie, lo cierto es que iniciativas como la de Bad Bunny, con sus 30 conciertos en su residencia en Puerto Rico, tienen un trasfondo positivo: se trata de un artista al que le mueve llevar dinero a su tierra natal. No está asentándose en el Madison Square Garden de Nueva York. Lo está haciendo allí donde nació. Allí donde el consumo de quienes van a verle puede darle mucha vida a la economía local. Hay cierto sentido ético, más allá de las otras razones secundarias que pueda tener la iniciativa. Es muy distinto a los cuatro conciertos que Radiohead dará en Madrid en noviembre.

Porque ahí el vínculo es cero. Es simplemente que no tienen ganas de moverse a Valencia, a Sevilla o a Bilbao. Supone esfuerzo físico y obviamente esfuerzo económico. Y se lo prefieren ahorrar. Y que haya elegido Radiohead no tiene nada que ver con la cancelación que está sufriendo la banda por el genocidio en Gaza. Ese tema va aparte. La crítica va hacia el sector en general: están haciendo que los gastos de desplazamiento y de alojamiento salgan del bolsillo de quienes le van a ver para que no tengan que salir de los suyos y puedan ingresar más. Y así pasa que cada vez más gente se queda sin disfrutar de estos eventos por no tener dinero suficiente.

Habría que hablar con lxs artistas. Habría que escuchar su versión. Pero está claro que no lo hacen por casualidad. Igual que eso de dar conciertos ya solo en grandísimos estadios. ¿No queda espacio para los shows en vivo más íntimos? ¿En qué lugar quedan las pequeñas salas y esa conexión tan genuina con quien te canta? Da para otro debate. En cualquier caso, vete acostumbrando a viajar a Madrid para ver a tus músicos favs porque es ahí donde cada vez más van a estar esperándote. Lo suyo sería que ese ahorro de costes repercutiera en una bajada de precio de las entradas. Cuidar al espectador. A quien te apoya siempre. ¿No crees?