Las vías para luchar contra la homofobia, el racismo o el machismo son varias. La cuestión, al fin y al cabo, es hacerlo, enfrentarse a los estándares que han regido —y, por desgracia, aún rigen— la sociedad. Uno de los caminos más fructíferos para acercarse a esa misma sociedad, y generar una conciencia para que la lucha se extienda y llegue más lejos, es el arte. Y un ejemplo de sumar arte y combate social son las ilustraciones de enfrentarse a los estándares, como él se hace llamar.
Este joven de 17 años empezó una cuenta en Instagram para compartir sus dibujos y reivindicar con ellos todas las injusticias que se le pasaban por la cabeza: habla sobre feminismo y teoría queer y siempre lo hace con humor. Su actual perfil de esta red social es el cuarto que se abre. Esto se debe al acoso, los cientos de reportes de haters y trolls y el lenguaje visual limitado que Instagram permite. Aún así, nada ha conseguido pararle los pies a este artista que está cerca de alcanzar los 10.000 seguidores.
El objetivo de su trabajo es concienciar, enseñar y divertir. Una forma de llegar a muchas más personas y sobre todo alcanzar ciertos conceptos que, de una manera diferente, serían más complicados de explicar y entender. Es más, el propio artista afirma que aprendió mejor sobre feminismo y teoría queer a través de publicaciones de Twitter o debatiendo que profundizando en libros con teorías espesas y frías. Por ello es necesario que existan muchas voces que, aunque defiendan lo mismo, sean contrarias e innovadoras.
La fama del ilustrador fue llegando poco a poco. Al principio sus seguidores no conseguían empatizar del todo con sus imágenes ya que eran ordinarias, explícitas y muy sarcásticas. Una parte de la ola de personas que actualmente le siguen apareció cuando el artista ilustró a Jedet y este personaje famoso compartió la imagen en su perfil personal. A partir de ahí el público se unió a su reivindicación y fue subiendo a medida que sus discursos se convertían en más potentes.
Es necesario que haya artistas en todos los estilos posibles que también busquen producir incomodidad a la vez que conciencia, transmitiendo los valores que hacen falta para tener una sociedad más igualitaria. El camino es largo pero si todos sumamos y nos dirigimos a aprender a tratarnos con respeto y entendimiento, estaremos tocando y construyendo el principio del cambio.