En BME Bodi Modification Ezine hace bastantes años descubrí vídeos de modificaciones corporales tan bestias que dejarían al más perforado y tatuado con el estómago al revés. Si para la mayoría hacerse la lengua bífida ya parece una salvajada, imaginaos el impacto de ver a personas que, por gusto, deciden rebanarse el pene en dos o directamente amputarlo.
Pero de todas las modificaciones hardcore las realizadas en la cara siempre tienen un plus a la hora de perturbar al que las contempla. Por muy respetuoso que sea uno con las decisiones que tomen los demás sobre su cuerpo, parece imposible no cuestionarse por qué alguien se haría algo así. Y el caso más chocante con el que se está revolucionando Internet en las últimas semanas es el de Henry Rodriguez, un modificador corporal venezolano que ha decidido amputarse la nariz con el objetivo de parecerse cada vez más a su icono, el personaje de cómic Henry Rodriguez,
Este era Henry antes del procedimiento. Como se puede ver el chaval no pasaba demasiado desapercibido con todos esos implantes en la frente y los globos oculares tatuados con tinta negra.
Pero el objetivo de Henry es el de parecerse más a esto:
Y se lo toma muy en serio:
Con este tipo de asuntos no tengo nada claro dónde se establecen los límites. No sé hasta qué punto tenemos derecho a juzgar de diferente forma a un tío que se corta media nariz y una tía que se pone cuatro tallas más de sujetador en manos de un cirujano plástico. Por un lado, pienso que en ambos casos se trata de personas que deciden alterar de forma artificial su aspecto para sentirse más a gusto con ellos mismos, y que nadie debería emitir juicios de valor ni en un caso ni en el otro. Pero lo cierto es que veo algo bastante más perturbador en el hecho de modificar el rostro de formas tan radicales que se se desdibujen las facciones humanas.
Parece complicado no plantearse un problema serio de identidad por parte de quienes desfiguran su propia imagen a ese nivel, y puedo decir que en todos los casos que he conocido hasta ahora siempre había un pasado de abusos y abandono que había marcado radicalmente la personalidad de esos individuos. La verdad es que no sé si hay que estar muy loco para hacer algo así o muy cuerdo para ser capaz de ignorar la opinión y el rechazo de todo el mundo y ser como realmente quieres ser.