Pixar eliminó todo lo queer que había en la peli Elio

Su director original, Adrián Molina, acabó tan harto de la censura que abandonó el proyecto

La ola ultraderechista que recorre el mundo como un vendaval está dejando a más de uno desnudo y permitiéndonos ver la naturaleza real que se esconde tras la fachada. Y lo mismo pasa con las grandes empresas: ya estamos viendo la sumisión con la que algunas multinacionales se están plegando a las consignas antiwoke. Como Disney. ¿Te acuerdas de que hace no mucho cambió a un personaje trans por uno cristiano en su serie animada Win or Lose? Pues tristemente no es la única: ahora, y según las declaraciones de gente que participó en el proyecto para The Hollywood Reporter, la productora adalid de la libertad creativa, Pixar, también anda en las mismas.

En concreto, parece ser que los directivos de la compañía presionaron una barbaridad al director de Elio, Adrián Molina, para que suavizara los elementos queer de la película. Poco a poco y hasta hacerlos desaparecer. Para que te hagas una idea, en el metraje de Molina había momentos muy bonitos como el de Elio con una camiseta rosa sin mangas en una playa recogiendo basura, otro en el que aparece vestido con una capa decorada con desechos a lo amante de la moda e incluso uno “en la habitación de Elio con fotos que sugerían un enamoramiento masculino”. Desde la normalidad. Sin dramas ni salidas del armario explícitas. La vida de un niño siendo quien es.

Pero no lo permitieron. Como apuntan desde el citado medio, “Elio se masculinizaba tras la retroalimentación de la dirección del estudio”. Tanto que al final Adrián Molina, cineasta abiertamente gay y obviamente comprometido con la diversidad sexual y de género, decidió salir del proyecto. Aquella ya no era la historia que quería contar. Era una versión censurada por la nueva moral estadounidense. No fue el único que se fue. Como explica la asistente de Pixar en materia LGTBIQ+, Sarah Ligaritch, “la fuga de talento fue un claro indicio de lo insatisfecha que estaba mucha gente por haber cambiado y destruido esta hermosa obra”. La hicieron genérica. La mataron.

Y esa destrucción tuvo consecuencias en taquilla. Con tan solo 20,8 millones de dólares en taquilla nacional, Elio ha sido el precio de estreno más bajo en la historia de Pixar. Porque a la gente no le ha llegado. No le ha emocionado. No le ha transmitido autenticidad. ¿Es culpa de Disney? Según algunas voces que salieron del proyecto, “a mucha gente le gusta culpar a Disney, pero la decisión viene de dentro. Una conducta de obediencia anticipada de los altos ejecutivos de Pixar”. En plan sé que Disney ya no quiere progresismo porque Trump y la tendencia general ya no quiere progresismo y nos cubrimos las espaldas. Una cobardía. Una firma de complicidad con la intolerancia.