Estás muy cansadx de las aventuras superficiales de Tinder. En el fondo, te cueste reconocerlo o no, llevas mucho tiempo deseando encontrar el amor de una vez por todas. Enamorarte hasta las trancas. Ilusionarte con alguien. Conectar de verdad. Obsesionarte un poquito o bastante con una persona que merezca la pena. Tener una historia de esas que nunca se olvidan. Incluso si halla su fin en el colofón de las vacaciones y vuelves a casa sumidx en una mezcla de tristeza y alegría. Lo deseas. Deseas un amor de verano intenso, apasionado, casi sin sentido, para no seguir inmersx en esa planicie emocional tan aburrida. Déjate inspirar por películas que retrataron perfectamente estos amores.
Antes del amanecer, Richard Linklater, 1995
El retrato perfecto sobre cómo se cimienta rápidamente un amor de verano: con conversaciones interminables que saltan de lo trascendente a lo intrascendente y viceversa con una naturalidad brutal. Las palabras convertidas en puertas hacia unx mismx y hacia la otra persona. Una espontaneidad irresistible. Un bajarse del tren a lo loco a vivir una aventura sin que importe absolutamente nada más en el mundo. Y un “vive el momento” cautivador que te hará querer experimentar exactamente las mismas sensaciones. Richard Linklater es un maestro a la hora de atrapar la magia del momento. Y en esta primera parte de la saga hay muchísima magia. Imprescindible.
La coleccionista, Éric Rohmer, 1967
La historia del cine es demasiado amplia y rica como para quedarse únicamente con lo que ocurre en la última década. Sería una pena perder la oportunidad de disfrutar de clásicos como La coleccionista. En ella, Eric Rohmer, cineasta francés perteneciente a la nouvelle vague, cuenta la historia de un tipo que viaja de vacaciones a Saint-Tropez para desconectar y olvidarse de todo. Busca paz. Busca serenidad. Pero aparece la joven Haydée y lo pone todo patas arriba en su vida. Porque eso es en esencia un amor de verano: algo que no puedes planificar, algo a lo que no puedes ponerle barreras. Simplemente llega y arrasa con todos tus planes. Te desbarajusta por dentro.
El diario de Noa, Nick Cassavetes, 2004
El relato de amor de El diario de Noa es tan intenso, tan tormentoso, tan espectacular, que resulta casi imposible que alguien no la haya visto o sepa de ella a estas alturas. Pero es obligatorio incluirla en esta lista. Por su ingenuidad, por su fuerza arrasadora, por la desesperación y el dolor que brota a lo largo de su metraje. No se olvida. No se olvida como no se olvida un buen amor de verano. Se quedan clavados, a veces, y como le ocurre a Noa, durante más de medio siglo. Si esta película no despierta tu lado romántico, si no te dan ganas de perder la cabeza por alguien este verano, es que no estás preparado para el amor en este momento. Porque es un chute de pasión.