1,6 segundos: el documental sobre el campeón olímpico abiertamente gay

Tom Daley es de las pocas personas del mundo del deporte profesional que ha dado ese paso

Estamos en 2025. La homosexualidad ha formado parte de la naturaleza humana desde hace cientos de miles de años, más incluso si tienes en cuenta que nuestros primos primate también la practican de vez en cuando. Como los macacos o los bonobos. Es fácil imaginar que nuestros ancestros comunes ya la experimentaban. Eso nos llevaría a los millones de años de antigüedad. Y sí, después de toda esa locura de tiempo, después de observarla en tantas especies, después de asimilar que es perfectamente normal y saludable, la humanidad se sigue viendo obligada a contar historias como la del atleta inglés Tom Daley para naturalizarla.

La razón es sencilla aunque disparata cuando sabes todo lo anterior: Tom es de las pocas estrellas del deporte que han cogido un micrófono y han expresado su homosexualidad sin problemas. De hecho, y tras ganar varias medallas de oro, plata y bronce a lo largo de varios Juegos Olímpicos, Tom dijo aquello de “estoy orgulloso de decir que soy gay y campeón olímpico”. Que sí, que es lo más normal del mundo, que hay fontaneros gays, oficinistas gays, ministros gays y jubilados gay, pero el mundo del deporte masculino ha sido históricamente una jaula para los hombres homosexuales. Y por eso hacía falta la reivindicación.

Una reivindicación que se ha transformado en documental titulado TOM DALEY: 1,6 segundos, que es el tiempo que pasa entre el salto desde la plataforma de 10 metros y la entrada en el agua. Porque sí: la película recorre también toda la vida deportiva del británico. La dureza de la disciplina. La constancia en los entrenamientos. La fortaleza mental. No se llega a donde ha llegado Daley sin un compromiso casi sobrehumano. Sobre todo cuando rodeas todo lo deportivo de vainas como la presión mediática, la presión física, la crítica por sus declaraciones sobre su sexualidad y todo lo que ello lleva asociado en un mundo machista.

El documental está contado desde las vivencias del propio atleta, pero también desde la de gente de su círculo como su madre Debbie, su esposo el cineasta Dustin Lance Black, su mentor Leon Taylor o sus entrenadores Andy Bans y Jane Figueiredo. Personas que le han acompañado a lo largo de estas dos décadas de sacrificio y valentía. Porque Tom dijo ser homosexual en diciembre de 2013. Y aunque no te lo parezca, aunque todo parezca un continuum, hace 12 años la comunidad LGTBIQ+ lo tenía aún más difícil que ahora. Al menos hasta el momento, pues la ola ultraderechista mundial está decidida a hacernos retroceder décadas.