Rézale a la divinidad que consideres oportuna para que tu compañerx de piso no lea este artículo. Porque si lo hace no volverás a ganar nunca más una de esas discusiones sobre la acumulación de platos sucios en la pila del fregadero que sueles provocar. No, no exageraba cuando, tan hartx de tu vagueza, te recriminaba que estabas poniendo en peligro su salud. Además de ser muy antiestético y dar bastante bajonazo, tener la pila llena de mierda durante horas es una invitación a los microorganismos patógenos. Aterrizan en los platos, vasos y cubiertos sucios, y se mudan rápidamente a las tuberías del fregadero y, aún peor, a las frutas, verduras y lácteos que pueda haber por la cocina.
¿El truco de dejarlos en remojo para que no desprendan tantos olores? Contraproducente. Según cuentan desde El Confidencial, haciéndose eco de una investigación científica publicada en la revista Mental Floss, “las bacterias crecerán antes si los platos están en remojo de agua caliente”. Y tiene una explicación lógica: todos los seres vivos, incluidas las bacterias, necesitan agua para sobrevivir, lo que implica que al dejar los platos sucios cubiertos de la misma les estás haciendo un favor para que se desarrollen y se multipliquen. Especialmente, y como apuntaban desde el citado medio, si ese agua está tibia o caliente, pues es la temperatura ideal para muchas de ellas.
¿Cada cuento cambias el estropajo?
Entre las más felices de que recurras al remojo para no tener que limpiar hasta mañana o pasado están bacterias como la Escherichia Coli o la Salmonella, ambas peligrosas para tu salud y la de tus compañerxs de piso. Y tienen una gran capacidad de difusión. Si tienes la mala suerte de que pasen por ahí durante el tiempo que dejas la pila abandonada, pronto las tendrás en los cuchillos, en los tenedores, en los platos y en todo eso que utilizas en tu día a día. Y no, no son infecciones que comprometan vuestra vida, salvo que tengáis un sistema inmune muy débil por alguna enfermedad o condición, pero podríais pasarlo bastante mal estomacalmente hablando. Innecesario.
Ah, y cuidado con explotar el estropajo hasta la extenuación. Primero, porque es el encargado de retener la suciedad acumulada en la vajilla y necesita estar en buenas condiciones para hacerlo con efectividad. Segundo, porque el propio estropajo puede convertirse en un entorno muy suculento para los patógenos cuando no se limpia adecuadamente. En este sentido, lxs expertos recomiendan cambiar “este material por lo menos una vez cada dos semanas”. ¿Qué es eso de andar utilizando el mismo durante dos meses? ¿Estáis locxs? El precio no es una excusa: cuesta lo que un chupito en el pub ese al que sueles ir tanto. Y es mucho más beneficioso para tu salud. No excuses.