Una nueva investigación llevada a cabo por investigadorxs de la Universidad de Leeds, en Inglaterra, y publicada en la revista especializada Scientific Reports, lo acaba de confirmar: las características de tu lengua, tanto en proporciones como en la cantidad de papilas y la forma de estas, la hacen completamente única. Hasta tal punto que podría usarse como sistema biométrico de identificación al más puro estilo huella dactilar. Imagínate entrar en la oficina sacándole la lengua a una cámara. Pero la cosa no queda ahí. Según lxs autorxs del estudio, todas esas características morfológicas únicas de tu lengua influyen decisivamente en tus gustos culinarios.
Como apuntan desde la BBC, medio que difunde los resultados de esta curiosa investigación, “a las personas que tienen, por ejemplo, un mayor número de papilas fungiformes, aquellas que se asemejan por su forma a un hongo y están distribuidas mayormente en los bordes y la punta de la lengua, puede no gustarles el chocolate amargo o el limón, porque lo perciben con una intensidad mucho mayor que la gente que no tiene tantas de estas estructuras”. No eres más delicadx que lxs demás ni más quejica: el limón te resulta insoportable porque tienes una lengua muy sensible al mismo. Es la misma razón por la que te costó tanto acostumbrarte a la cerveza.
Además, el mapa de protuberancias de tu lengua también influye en cómo experimentas las texturas de los alimentos. Tanto que, dicen en el mismo medio, “entender por qué preferimos unos alimentos sobre otros puede servir para diseñar alimentos más sanos, por ejemplo, pero con texturas que nos resultan más agradables”. Sería genial: potenciar a través de la textura el placer que proporciona un alimento sano que, por lo general, suele motivarte mucho menos que los procesados y las porquerías industriales. Quizás en el futuro existan impresoras 3D de comida con inteligencia artificial incorporada que fabriquen alimentos con texturas ideales para tu lengua.
Es pura especulación. Como también parece serlo la asociación entre la forma de la lengua y posibles enfermedades. Según dicen lxs autorxs del estudio, aún falta recabar más datos y hacer más investigación. No obstante, cuenta Rayna Andreeva, doctorando de la Universidad de Edimburgo y autora principal de la investigación, “sabemos que hay una enfermedad autoinmune llamada síndrome de Sjögren donde la forma de un tipo de papilas, las filiformes, es más aplastada”. Y probablemente haya más vínculos por descubrir. La lengua es una de las partes de tu cuerpo que más felicidad te traen de una manera u otra, pero también podría ser clave en tu salud.