La historia del ser humano es una historia en el espacio. El del mundo que hemos ido ocupando durante decenas de miles de años como la especie nómada y migrante que somos. Por más que el neonazismo actual quiera negar dicha naturaleza móvil. Pero también es una historia en el tiempo. El que fue transcurriendo para que la evolución llegara a nosotrxs. Sí, no somos seres divinos salidos del molde primigenio, sino la consecuencia del paso del tiempo a través de otras muchas especies vinculadas. Ya conocíamos muchas de ellas. Ahora, y gracias a una serie de investigadorxs, hay registro de una nueva más.
En concreto, y como cuenta el periodista científico Manuel Ansede, fueron el buscador de fósiles Omar Abdulla y la paleoantropóloga estadounidense Kaye Reed quienes descubrieron sus restos unos años atrás: “Reed y sus colegas siguieron investigando aquellos dientes y anuncian ahora que los restos pertenecieron a una especie hasta ahora desconocida de australopiteco que coexistió en la actual Etiopía con los primeros humanos”. Hoy es muy difícil imaginar un mundo en el que pudieras encontrarte a otros seres similares a ti pero totalmente diferentes, pero esto ocurría constantemente.
Lo bonito de esto es que transforma la idea que tenemos de la evolución humana. Tanto en los institutos como dentro de la cultura popular se dibuja una especie de linaje consecutivo. Primero esta especie. Luego esa otra. Luego esta otra. Así de sencillito. Pero la cosa es mucho más compleja y descubrimientos como este lo demuestran. Como replica Ansede, “la paleoantrapóloga habla de un árbol frondoso en el que las ramas se cruzan y enredan, con especies que no llegan a ninguna parte y simplemente se extinguen”. Especies iban. Especies cambiaban. Especies se cruzaban. Y especies se perdían para siempre.
Y no, la investigación no es concluyente. No lo es porque, afirma este periodista, basándose en las declaraciones de otra serie de expertos en la materia, resulta difícil extraer resultados sólidos a partir únicamente de dientes. Queda bastante por estudiar. Aún así, hay una enseñanza hermosa que podemos sacar de todo esto y es que las diferentes clases de primates homínidos mostraban una diversidad increíble. No como hoy. Pese a todo, mucha gente sigue queriendo que la diversidad sea extinguida incluso dentro de nuestra propia especie. Es un no tener ni idea de dónde venimos y de cómo llegamos hasta aquí.